Fernando Alonso ha demostrado, por activa y por pasiva, sus enormes ganas de arrancar oficialmente su aventura en Aston Martin, algo que se producirá el próximo 1 de enero, fecha en la que termina su relación contractual con Alpine. Aunque ya ha probado un bólido verde de la temporada pasada, no será hasta el próximo 13 de febrero (20:00 horas) cuando la escudería británica presente el AMR23, su coche para el nuevo curso y a cuyos mandos se pondrá el asturiano.
El AMR23 será dado a conocer en el nuevo campus de la escudería en Silverstone (Reino Unido) "ante un público selecto", aunque también podrá seguirse en los canales digitales del equipo. Junto a Alonso, el otro piloto para 2023 será el canadiense Lance Stroll, hijo del propietario de la escudería, Lawrence Stroll.
Con esta decisión, Aston Martin ha ganado la primera carrera y se ha adelantado a toda la competencia, haciendo una declaración de intenciones. Normalmente estos comunicados se suelen lanzar después de las fiestas navideñas, pero los ingleses han querido ganar esta primera batalla psicológica. Poco después de la presentación serán los primeros test de la pretemporada 2023. Se celebrarán en tres jornadas en Bahréin (del 23 al 25 de febrero).
Fernando Alonso ha asegurado que las nuevas reglas en las que se ampara la Fórmula Uno fue una de las razones por las que volvió al Gran Circo, dominado en las últimas fechas por Red Bull, en concreto por Max Verstappen. “No puedes ponerte al día con Red Bull en un año. Pero tengo la esperanza de que uno o dos equipos estén allí en dos o tres años”, auguró sobre sus expectativas en Aston Martin, no sin antes reconocer que las nuevas normas aún no han logrado su objetivo de disminuir la distancia entre equipos. “En la mitad de las carreras estamos a una vuelta del ganador. Por tanto, todavía no hemos conseguido el resultado que pretendía la Fórmula 1 con el reinicio de las reglas", asegura a Automotorundsport.
El ovetense también comentó durante su entrevista el aumento del tope presupuestario, que esta temporada subirá hasta los 140 millones de euros, pero que apenas le preocupa porque “no queda mucho por inventar” y “las reglas son muy restrictivas”.
A sus 41 años, la edad no es un problema para Alonso. “La vejez solo trae ventajas. Puedo extraer cosas de una enorme base de datos de experiencias. Seguiré mientras haya un uno por ciento de opciones de ser campeón. Mientras sienta que todavía puedo dar el máximo seguiré en F1 dos o tres años más. Y si no funciona como piloto, quizás en un papel fuera del coche. Si luego nos convertimos en campeones del mundo, eso también me daría satisfacción, porque entonces podría decir que ayudé a construirlo”, auguró.