"Las de París seguramente serán mis últimas Olimpiadas", señalaba Carolina Marín, en una entrevista realizada a principios de julio, en plena fase de preparación para unos Juegos Olímpicos de París 2024 que han terminado de forma tan dolorosa.
Ante esto y después de las palabras de su técnico nada más lesionarse en París, todo auguraba a un final cercano. "Carolina me ha dicho que no es justo, que no quería acabar su carrera así", afirmaba Fernando Rivas desde el mismo pabellón en el que se había jugado la semifinal, en el que calificó lo sucedido como "muy cruel y muy injusto".
Aunque la prioridad es recuperarse y, de hecho, hasta ayer mismo por la tarde no se le diagnosticó de forma definitiva la grave lesión que padece, rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha y rotura del menisco interno y externo, la incertidumbre sobre su futuro está ahí. ¿Qué pasará con Carolina Marín tras esta lesión?
"Todavía no he podido ver todo, pero desde luego que quiero dar las gracias a todo el mundo. Estoy destrozada, no puedo decir otra cosa, pero me voy a al hospital, que me hagan pruebas y a ver qué sale, ahí tomaremos decisiones", señalaba una agradecida Marín al poner pie en España y ver el cariño que le transmitían en el mismo aeropuerto los aficionados.
Ese mismo agradecimiento lo trasladó su madre, en declaraciones a la Cadena Cope, en la que reconoció que prefería hasta que hubiera perdido la medalla antes de ver a su hija pasar por tercera vez ese calvario con sus rodillas. "Estamos todo el mundo rotos de dolor, rotos de dolor. Ha sido lo peor, hubiera sido mejor una derrota que la fractura. Está destrozada, mi niña está destrozada. Todo el mundo vamos a estar dándole la fuerza que ella necesita y no le vamos a fallar. Vamos a poder, vamos a poder con esto una vez más", afirmaba Toñi Martín.
Ante la pregunta sobre su futuro, su entorno trasladó que aún es pronto y que, ahora mismo o al menos ayer, no sabía aún ni siquiera donde se iba a operar ni los plazos, así que plantearse algo más allá de ahí no parece muy lógico. Aunque con tres lesiones graves de rodilla y 31 años parece difícil que puede alargar su carrera cuatro años para competir en Los Angeles.
Sí puede volver, como lo ha hecho en otras ocasiones, para seguir lidiando y superando alguno de los pocos retos que aún le puedan quedar. Aunque con unos Juegos (Río 2016), tres Mundiales y siete Europeos de bádminton, poco más puede querer.