Uno de los momentos que se van a quedar en la historia del deporte tras estos Juegos Olímpicos de París 2024 es sin duda la lesión de Carolina Marín en las semifinales del bádminton. Cuando la cuarta favorita tuvo un mal apoyo y se destrozó la rodilla, viéndose obligada a abandonar un partido que tenía encarrilado y perdiendo una medalla que ya acariciaba y que era el culmen a unos años de trabajo para reponerse, precisamente, de dos graves lesiones en la rodilla. El sueño de sumar su segunda presea ocho años después del oro en Río era imposible, pero finalmente ha estado en el podio, metafóricamente al menos, tras un grandísimo homenaje de su rival en semis, Bing Jiao He.
La china, que se clasificó para la final tras la lesión de Carolina, la homenajeó este lunes en la entrega de medallas. He, que perdió la final ante la primera favorita, la surcoreana Se Young An, que le ha dado muy pocas opciones hasta vencerla por la vía rápida en dos sets, 13-21 y 16-21, posó en el podio tras la entrega de medallas con un pin de la delegación española en señal de cariño y apoyo a Carolina Marín, contra la que estaba perdiendo claramente, tras el el 10-5 que campeaba en el marcador del fatídico segundo set, tras llevarse el primero la español.
El mismo domingo, tras la lesión de la onubense en su rodilla derecha, la china se mostró muy pesarosa por el percance, incluso dejó escapar algunas lágrimas, y reconoció que tenía el partido prácticamente perdido. "Por supuesto que estoy muy triste por ello. Es una muy buena jugadora, fue muy triste verla lesionarse. Carolina también me dio coraje. Hoy tuve que olvidarme de ello y mirar hacia adelante para luchar por este partido". Además, también tuvo un gran gesto, cuando Carolina buscó probar si podía seguir jugando durante varios puntos, y la asiática, en lugar de buscarle las coquillas, le puso unos cuantos volantes relativamente cómodos para que pudiera saber cuál era su estado.
Mientras tanto, Carolina Marín regresó esta misma mañana desde París y aterrizó en el aeropuerto de Barajas junto a su equipo de trabajo encabezado por su entrenador, Fernando Rivas. "Quiero dar las gracias a todo el mundo. Estoy destrozada. No puedo decir otra cosa. Me voy directa al hospital a que me hagan pruebas y a ver qué sale. Allí tomaremos decisiones", estas fueron las primeras palabras de la leyenda española, campeona olímpico en Río de Janeiro 2016, a los medios de comunicación. Pero tras llegar a hacerse las pruebas médicas que mencionaba, los resultados han confirmado los peores presagios, y es que la onubense se ha roto de nuevo el ligamento cruzado de la rodilla derecha y, esta vez, también el menisco interno y externo afectados.