Despido de Serra: golpe bajo, duro y doloroso

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Despido de Serra: golpe bajo, duro y doloroso
- Joaquín Adorna (Opinión)
Pocas veces, por no decir ninguna, he visto emocionado a Serra Ferrer en sus tres etapas vividas en el Betis. En este tercer adiós, sin embargo, ha tenido un momento de debilidad cuando se dirigía a un aficionado bético que le ha mostrado su agradecimiento por todo lo que ha aportado al club. Lógico. Le han arrebatado la ilusión y de la peor de las formas posibles: sintiéndose humillado. "Un golpe bajo, duro y muy doloroso", ha sentenciado Serra.

Dos años de trabajo brillante, confeccionando un plantel con un potencial enorme, ninguneados en siete folios en los que se enumeran los múltiples errores cometidos como director deportivo. Ningún acierto en un cúmulo de argumentos insostenibles con los que se justifican un despido aún pendiente de finiquito.

Casi dos horas de comparecencia. Un primer mensaje y todas las preguntas que el periodismo ha estimado oportunas para arrojar luz a las dudas que tantos silencios han generado. El mensaje institucional lanzado por Haro y Catalán, grabado y preparado, no aclaró nada. Los béticos seguían sin entender por qué se prescinde de la persona que más éxitos deportivos ha dado a los béticos. Serra Ferrer, con elegancia, ha puesto los puntos sobre las íes.

Varios titulares. Serra quería cumplir los dos años de contrato que le quedaban, en ningún momento presenta su dimisión -lo sabíamos-. Le echan Haro y Catalán, pero Serra señala, sobre todo, a Catalán, Josemi -le llama-. Las diferencias se hacen patentes por la figura de Setién. Serra quiere destituirle tras la derrota ante el Levante y Josemi, no. Le retiran la confianza y toman decisiones sin consultarle. Nunca ha tenido plenos poderes en su parcela, la deportiva. Los contratos y las comisiones a intermediarios los cerraban Josemi, Haro y Martínez Feria. A él no le acusan de meter la mano en la caja. Si lo hicieran, tendrán que demostrarlo y se verán las caras en los juzgados.
Otras dudas aclaradas. Serra se negó a la cesión de Fabián al Barça, pidió traspaso y no hubo acuerdo. Y su participación fue clave en el fichaje de Lo Celso, que se puso a tiro económicamente tras caerse la primera opción, Rafinha. Comparte que el club quiera avanzar en tecnología y aplicar el tan traído y llevado 'Big Data', pero defiende también "el ojo clínico" de su experiencia, el que le ha dado más aciertos que errores.

Serra sale del Villamarín con la "conciencia tranquila", la "honestidad intacta" y dejando señalado a su brazo ejecutor, José Miguel López Catalán, nuevo dueño de la parcela deportiva. Salva a Ángel Haro, cómplice, pero quizás quien pueda abrirle en el futuro la puerta a una cuarta etapa. Sus acciones no las vende y no descarta volver. Adiós a la exigencia de quien mejor conecta con la afición del Betis. Por increíble que parezca, los dirigentes del Betis renuncian al mejor activo de la empresa. Golpe bajo, duro y doloroso... a todos los béticos.