El dinero ruso, chino, japonés y árabe lleva años instalándose tanto en
LaLiga española como en
Europa y sigue utilizando el fútbol como magnífico escaparate mundial en el que mostrar su siempre emergente poder económico. Raro es el club español -la moda es europea- que no tiene alguna vinculación con el mercado asiático a través de patrocinios, fichajes o en la compra de acciones. También nuestro fútbol busca en
Asia los millones de espectadores que multiplican los ingresos por derechos televisivos. Ya hay casos en los que ha quedado claro que no es oro todo lo que reluce, pero las chequeras siguen dando golpes en las mesas de nuestro país.
La dimensión mundial adquirida por el
Sevilla en los últimos años ha disparado los rumores de reuniones con empresarios de capital extranjero dispuestos a invertir muchos millones de euros para comprar acciones del Sevilla y hacerse con el control del club. El modelo actual, un Sevilla gobernado por distintos grupos de sevillistas, está en evidente peligro de extinción. El modelo que ha dado títulos y gloria se ha revalorizado y cotiza alto en el mercado oriental. Quienes se mueven por un sentimiento y tienen unas cuantas acciones que sólo le sirven para presumir de sevillista con títulos -en ambos sentidos-, se encuentran en una complicada disyuntiva: vender para embolsarse unos miles de euros con los que afrontar un cómodo verano, la final de
Copa o el histórico viaje a
Munich en la vuelta de los cuartos de
Champions; o agruparse con quienes están moviéndose para evitar una venta especulativa que situaría al
Sevilla en un futuro, cuando menos, incierto.
La
Federación de Peñas Sevillistas 'San Fernando' y
Accionistas Unidos han firmado recientemente el
'Pacto por el Sevilla F.C.', denunciando que hay quienes están contactando con aficionados a los que se les ofrece 1.000 euros por unas acciones que pueden revender por 3.500 a capital extranjero y que lo están haciendo saltándose la
Ley de Protección de Datos y sin transparencia, porque el comprador no está firmando las compras. "Es una barbaridad que haya personas llamando a accionistas del Sevilla con los datos extraídos del club", ha dicho el presidente, Pepe Castro.
La intención de
peñistas y
accionistas de modificar los Estatutos del Club para evitar que se incorpore al accionariado quien no ha estado vinculado de forma fehaciente al Sevilla durante al menos 20 años, choca con el legítimo derecho a vender de quienes pueden hacerse ricos desprendiéndose del valor sentimiental de un puñado de acciones- por necesidad o porque prefieran el dinero-. Muchos sevillistas están preocupados y otros, en cambio, se frotan las manos maquinando -o aguardando- una venta millonaria de consecuencias incalculables para el devenir de la entidad.
Estadio Deportivo