"La principal causa de esta situación es que nos hemos equivocado mucho, muchísimo", admitía el pasado jueves en una entrevista en los medios del club el director deportivo del Sevilla FC, un Monchi que también resaltaba una ley de Murphy para reseñar que "todo lo que podía salir mal está saliendo peor". Por si fuera poco, el partido ante la UD Almería no comenzó nada bien, lo que le generó un enorme sufrimiento al de San Fernando, que tuvo encima una cámara de DAZN todo lo que duró el encuentro de la jornada 25 de LaLiga.
Monchi se refería en su entrevista en 'A Balón Parado' a que el miércoles pasado el Sevilla FC tenía lesionados a tres de sus cuatro centrales. Este domingo volvió Loïc Badé, pero a cambio se lesionó Tanguy Nianzou. También Yassine Bono dio el susto a la media de hora de juego al ser retirado del campo en camilla, mareado y con collarín, para de inmediato ser evacuado en ambulancia al hospital -ya está estable y pasó la noche en su casa-.
Cuando el Sevilla FC sumó esas dos nuevas lesiones en su interminable historial de problemas físicos, el marcador del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán reflejaba un 0-1. La UD Almería se adelantó en el 2' por medio de Akieme y añadió aún más tensión a un duelo entre el antepenúltimo y el penúltimo de la clasificación. El equipo comenzó a jugar con ansiedad -aspecto que tiene mucho que ver en las lesiones- y a colgar balones como si fuera el minuto 90 y reclamó dos penaltis antes del que De Burgos Bengoetxea señaló (clarísimos los tres) para que Lucas Ocampos empatase en el alargue de la primera mitad.
La segunda parte tampoco fue sencilla de soportar para alguien que vive los encuentros con la tensión que acumula Monchi. Marko Dmitrovic salvó por dos veces ante Luis Suárez, Badé sacó un balón de la línea y el árbitro volvió a comerse un tercer penalti, esta vez de Bryan Gil sobre Pozo. Como muestra el reportaje de DAZN, el director depotivo nervionense no sabía dónde meterse. Ponía las manos en señal de estar rezando, se tapaba la cara, se frotaba los ojos, agachaba la cabeza, protestaba las controvertidas decisiones arbitrales haciéndole comentarios a sus acompañantes... y seguramente no gesticulaba más porque era consciente de que la cámara no perdía detalle de sus sufridas reacciones.
Sólo celebró (con más rabia contenida que alegría) el 2-1, obra de Erik Lamela a falta de 20 minutos que se hicieron eternos. El 'Coco' entró en el área y conectó un potente cabezazo tras un gran centro de Bryan Gil para consumar una doble remontada. Por un lado, la del marcador del trascedental duelo directo ante la UD Almería y por otro en la clasificación de Primera división, ya que el Sevilla FC pasa de ocupar el puesto 18 al estar en el 13 con estos tres puntos que suma gracias al primer marcador adverso que consigue voltear en todo lo que va de temporada.
El Sevilla FC ha encajado el primer gol en 14 de las 25 jornadas que se llevan disputadas en LaLiga 22/23 -un dato ya de por sí sorprendente- y las 13 anteriores se habían resuelto con un pobre balance de cuatro empates y nueve derrotas. La primera remontada llegó contra la UD Almería, el único equipo que aún no ha ganado fuera de casa y al que más veces le han dado la vuelta al marcador: ya van tres y con pleno de derrotas. Resopla Monchi, suspira el Sevilla FC.