El que acuda sólo al marcador, sin haber visto el partido, apostará seguro por una tarde plácida del Sevilla FC para sellar su continuidad en Europa un poco más (no será en Champions, tras el empate del Dortmund ante el City, sino en su competición fetiche, la Europa League). Pero el Copenhague no puso las cosas tan fáciles como indica el 3-0 final. Antes al contrario, los de Neestrup maniataron, sometieron y asustaron a los de Sampaoli, con Dmitrovic y los palos manteniendo en pie al ya tercero con papeles del Grupo G, que sacó a relucir su pegada en el momento clave del segundo tiempo para guardar a buen recaudo el pasaporte, tras pasar por el filo de la navaja con arañazos, aunque sin ningún corte de consideración.
De inicio, blanquirrojos y azulinos se mostraron cierto respeto, con los anfitriones aspirando a llevar la iniciativa ante un conjunto nórdico bien plantado, cerrándose por dentro pero saliendo con calidad y sentido. El míster de Casilda metió a tres 'jugones' por delante de Jordán y Rakitic, animándose el croata a abandonar ese doble pivote para recuperar y distribuir con criterio, mientras que, en esta ocasión, sí había una referencia arriba, si es que a Dolberg se le puede considerar como tal. Atrás, como no estaba la cosa para fiarse demasiado, lo mejor que tiene para asegurar, con los laterales que estaban al 100% y Gudelj junto a Marcao.
Sin embargo, se llegaría al ecuador con alguna intentona aislada de los nervionenses, con Suso como principal percutor, especialmente en un disparo que a punto estuvo de desviar a la postre el ariete cedido por el Niza, aunque con dos ocasiones con mayúsculas por parte de los visitantes, que tocaron de primeras en una transición en la que Haraldsson, a la media vuelta, obligó a Dmitrovic a estirarse para evitar el 0-1, que se olió de nuevo en una acción personal de Daramy, superando casi sin ángulo al meta serbio para que Telles despejase en el área chica, mientras Johanneson esperaba para empujarla a la red.
Un aviso a navegantes que hizo despabilarse a los españoles, aunque más cuantitativa que cualitativamente. En el 35, Suso sí puso en ciertos aprietos a Grabara, ávido a media altura en el el zurdazo raso del gaditano tras un notable pase interior de Rakitic. A renglón seguido, Dolberg arrancó en posición ilegal antes de jugarse un mano a mano que, de todas formas, ganó el portero polaco. La reacción sevillista no era sólida, habida cuenta de que Daramy continuaba haciendo estragos a la espalda de Montiel, aunque su escaramuza a cinco del intermedio no encontró colaboradores necesarios en la frontal.
Hablar de igualdad sería la lectura más benigna posible para los de Sampaoli, que habrían perdido en una hipotética competición a los puntos, demostrando ambos contendientes querer jugarse la carta final en el Grupo G, ya que una derrota obligaría a quien la encajara a guardar el pasaporte en el cajón hasta, como poco, la próxima temporada, sin opción alguna ya en la última jornada de conseguir la redención de un tercer puesto que llevaría a disputar la ronda de 'play off' contra un segundo de la Europa League en pos de los octavos de final del segundo torneo continental.
En la reanudación, la idea de los nervionenses era juntar más sus líneas y aumentar el ritmo de la circulación, pero lo cierto es que el Copenhague quería hacer sangre y lo rozó a los cuatro minutos, después de un saque de esquina despejado por Dmitrovic que el jovencísimo Clem acabaría convirtiendo en un disparo mordido contra el poste. Los silbidos arreciaban en el Sánchez-Pizjuán, donde la sensación de estar contra las cuerdas se hacía evidente. Sampaoli tiró de Lamela para sacudir a los suyos y el movimiento estuvo a punto de lograr el desequilibrio buscado. Isco abandonaba su ostracismo para obligar a Grabara a mandarla a córner, que se botó para que Claesson despejara con la mano, aunque la revisión del monitor del VAR propició que pesara más para Benoît Bastien el empujón previo de En-Nesyri.
El intercambio de golpes era ya una realidad, hasta el punto de que Haraldsson se estrelló con el pie de Dmitrovic, primero, y su precipitación, después, cuando ensayó una vaselina fallida. No perdonaría la siguiente el delantero marroquí, inteligente para colarse entre los centrales y peinar a quemarropa un esférico colgado por el Papu. Lástima su lesión, que frenó el paso al frente de un Sevilla contagiado por el ímpetu, la osadía y el vértigo que genera el 'Coco'. El 1-0 obró el efecto lógico, porque los daneses acusaron el golpe ante un anfitrión que parecía haberse quitado un peso enorme de la mochila. Aunque el Copenhague quemaría sus naves antes de bajar los brazos y, a ocho de que se cumpliera el tiempo reglamentario, tuvo el empate en la cabeza del recién ingresado Diks, que estrelló en el larguero su cabezazo tras un saque larguísimo de banda que había peinado Cornelius.
El sufrimiento terminaría sobre la bocina, cuando, con los de Neestrup volcados en busca de un milagro, Isco se sacó de la manga un globo desde la esquina del área que sorprendió a Grabara, lento para tapar ya en el alargue el derechazo ajustado de Montiel, presto para remachar el rechace de un lanzamiento de Lamela. Con el susto aún en el cuerpo, la 'Bombonera' respiró, llevándose este jueves una goleada tan engañosa como válida para mantener la esperanza en un curso que pinta complicado todavía.
FICHA TÉCNICA.-
Sevilla FC: Dmitrovic; Montiel, Gudelj, Marcao, Alex Telles; Joan Jordán, Rakitic; Suso (Lamela 55'), Isco, Papu Gómez (Acuña 77'); y Dolberg (En-Nesyri 46') (Rafa Mir 70').
FC Copenhague: Grabara; Jelert (Sorensen 80'), Khocholava, Lund (Diks 80'), Kristiansen; Lerager, Clem (Óskarsson 80'), Claesson; Johanneson (Bardghji 63'), Daramy y Haraldsson (Cornelius 72').
Árbitro: Benoît Bastien (francés). Roja directa a Khocholava (94'). Amarillas a los locales Lamela y Montiel, así como a los visitantes Claesson y Sorensen.
Goles: 1-0 (62') En-Nesyri; 2-0 (88') Isco; 3-0 (92') Montiel.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada 5ª del Grupo C de la Champions League, disputado en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán ante 29.884 espectadores, con más de 1.400 aficionados daneses.