Se puede decir sin temor a equivocarse que Sergio Ramos ha vivido una de sus semanas más intensas desde que es futbolista profesional, no en lo deportivo, donde no hay competición por el parón de las selecciones, pero sí en lo sentimental por su vuelta a casa. El pasado miércoles, el central de Camas protagonizaba su presentación oficial ante más de 22.000 aficionados en el Ramón Sánchez-Pizjuán pero todo comenzó un par de días antes, en su casa de Madrid, donde ya con su fichaje cerrado tan sólo a falta de firma, Ramos llevaba a cabo su primera sesión de fotos en su particular museo.
Gracias al vídeo mostrado por el departamento audiovisual del club de Nervión, podemos ver como Sergio Ramos muestra su colección de camisetas sevillistas durante su primera etapa en el club y alguna otra muy especial. "Esta es la primera que me compró mi padre, que me ponía por los barrios de Camas. La de Suker, la del Diego, esta tiene muchos años ya... Esta es mítica también, me gustaba mucho y mi madre me decía que había que lavarla de vez en cuando. Esta azul marino es muy bonita también. La morada, mi color favorito, del Gran Poder, con esta nos metimos en la UEFA, ganamos al Madeira y marqué un gol de cabeza también en el Sánchez-Pizjuán, guardo un recuerdo muy bonito. Esta gris es mítica también, la roja, estas son una de las poca joyas que os puedo mostrar aquí en mi casa", reconocía Sergio Ramos, que al día siguiente ponía rumbo a Sevilla.
Tras pasar las pruebas médicas, directo al estadio para firmar su contrato junto a su hermano y representante René Ramos, saludar a buena parte de la directiva y realizar una nueva sesión de fotos con la camiseta sevillista. Tras tantos años entrando al vestuario visitante, Sergio Ramos no pudo evitar pisar con una sonrisa dibujada en su cara el que a partir de ahora volverá a ser su vestuario, el local, donde se sentará entre Jesús Navas y Lukebakio".
"Ha cambiado esto en unos añitos", reconocía Sergio Ramos entre bromas, dejando un detalle más de que todo lo tiene medido al milímetro, en esta caso sobre la camiseta con la que va a jugar. "La L ayer me quedaba un poquito más 'oversize', demasiado sueltecita, esta es M, yo creo que voy a jugar con M, más apretadito mejor que hay que intimidar un poco".
Al día siguiente, el primer entrenamiento y hora de conocer a sus nuevos compañeros, aunque algunos no son tan nuevos, como Rakitic y Jesús Navas. "Muy buenos días, ya estamos por aquí", decía Sergio Ramos a la cámara y entrando a saludar a José Luis Mendilibar. "Que llevas una cámara detrás suyo todo el rato o qué...", le preguntaba el míster irónicamente. Más saludos, a Rakitic, a Jesús Navas, a Mariano, a Lamela en el vestuario, donde el central dejaba un nuevo detalle ante los dos capitanes y Lucas Ocampos.
En esta ocasión sobre sus botas, las cuales tiene personalizadas y en sus detalles hay algunos muy sevillanos. "La Giralda y la Torre del Oro están aquí hermano, ya estaba predestinado", le decía a Rakitic, despertando la risas del croata y Ocampos. Y de ahí, a trabajar. Más saludos en el gimnasio a Marcao, Suso, Jordán, Óliver Torres, Rafa Mir y canteranos como Manu Bueno o Matías para saltar al campo no sin antes ir ejerciendo poco a poco ya como capitán. "¡Vamos pibe, eh!", apremiaba Ramos a Lamela. "Se respira diferente aquí", decía de camino al césped un Sergio Ramos con "muchas ganas" de demostrar que todavía tiene fútbol en sus botas.