Ramón Rodríguez Verdejo sigue siendo un nombre importante a la hora de repasar el pasado más reciente del Sevilla FC. El director deportivo más importante de la historia nervionense, con casi dos décadas al frente de su planificación en dos etapas diferentes, abandonaba el pasado verano de nuevo el Ramón Sánchez-Pizjuán de una forma seguramente indeseada para acompañar a Unai Emery y convertirse en el director de operaciones de fútbol de la gran sensación y revelación de la Premier League, el Aston Villa, sin ninguna facilidad por parte de los blanquirrojos. Tras una fría despedida, con algún 'dardo' volando en el antepalco de la 'Bombonera', las alusiones desde la distancia han sido constantes, especialmente por parte del nuevo presidente, José María del Nido Carrasco, que explicó a su manera el adiós de un Monchi que le respondió de manera elegante y que, según confesión propia, no le felicitó por relevar a José Castro en el cargo.
"Los dos últimos años en el Sevilla fueron muy duros, muy difíciles. La exigencia se convirtió en un problema. Mi exigencia.... La presión de fuera, vale, pero mi exigencia conmigo mismo no me la gana nadie. Y siempre matizo, porque la penúltima temporada nos metimos en Champions y, en la última, ganamos un título. No es que el Sevilla gane un título cada dos días. Pero es verdad que, haciendo análisis de mi trabajo, reconozco que no fueron mis mejores años, pero sí creía que ya el ciclo o el nivel de motivación de poder seguir siendo tan exigente conmigo mismo se estaba acabando. No es cuestión de cansancio, como se ha dicho por ahí. Yo no estaba cansado, porque soy joven y tengo fuerza. Pero una cosa es el cansancio físico y otra el darte cuenta de que tu ciclo se ha cumplido, porque ya no era capaz de que te compraran tanto el mensaje. Y yo soy un director deportivo especial. Si las personas que están por encima mía empiezan a dudar de que yo debo tener ese rol, no pasa absolutamente nada. Si ellos piensan que hay otras necesidades o hay otro perfil, lo mejor es otro perfil; no hay otra", dijo el alto ejecutivo en una entrevista con el programa de Movistar Plus 'LaLiga Talking Football'.
En lo que respecta a su relación con los entrenadores que fichó, no se refirió específicamente a Sampaoli y Mendilibar, de los que trascendió que no fueron precisamente elecciones suyas, pero sí a los anteriores, empezando por un Julen Lopetegui al que echó tras abrazarle en el centro del campo y reclamar el aplauso de la grada tras una derrota contra el Borussia Dortmund en octubre de 2022: "Ese gesto mío ha sido comentado e, incluso, criticado. Estamos hablando de un entrenador que lo único que hizo fue ganar títulos y batir récords. Se merecía salir como salió, con su nombre aclamado por la afición". No es tan novedosa su confesión sobre Marcelino García Toral: "En la trastienda lloré mucho, porque me sentía muy culpable. Su fracaso en el Sevilla tuvo un único responsable, que fue Monchi. No fui capaz de construir una plantilla acorde a lo que él necesitaba. Con Marcelino yo fallé ,y fue un fracaso importante. Afortunadamente, después siguió demostrando lo que es, un magnífico entrenador".
Volviendo a lo que muchos han tachado de exceso de protagonismo, el de San Fernando se justifica recordando que, cuando empezó como director deportivo, "las estructuras del club son cero. Estábamos en Segunda división, con una ruina económica tremenda... y yo tuve que hacer de todo. Y, como las cosas salieron mal, pues seguí haciendo de todo". En este sentido, aclara: "¿Eso es una virtud? No. ¿Es un defecto? Tampoco. Es una manera de entender la dirección deportiva. Yo entiendo que todo lo que roza al primer equipo tiene que estar controlado por el director deportivo e intento estar en eso. Intento estar en los medios de comunicación, con los aficionados, con los jugadores, con los familiares, con las comidas, con los hoteles... Y lo he hecho desde el primer día, primero por obligación y, luego, por devoción. Yo he ido a la ciudad deportiva a las ocho de la mañana y me he ido a las las cinco o a las seis de la tarde y he seguido trabajando, porque el concepto que yo tenía era ése".
Además, Monchi repasó sus éxitos en la captación de talento como responsable sevillista: "La estructura perfecta es el futbolista de cantera, y, para eso, hay que tener una buena academia; el joven, y para eso hay que tener un buen sistema de 'scouting', y, después, ese jugador que no está rindiendo en algún club y tú tienes buenos informes de ese jugador, y puedo poner el ejemplo de Kanouté, el ejemplo de Escudé, o el de Banega... Muchos jugadores que tú dices '¿y ese rendimiento, dónde estaba? Hemos sido un club bastante bueno en eso, capaces de darle al futbolista el escenario idóneo para rendir al máximo. Y al joven hay que encontrar el entrenador y el hábitat ideal para esperarlo; si no, estás muerto. A Daniel Alves lo esperamos un año y medio, y así hay muchos ejemplos que, al final, rompen. Y luego a la cantera el Sevilla nunca le puede dar la espalda, porque hemos hablado de Antonio Puerta, de José Antonio Reyes, de Jesús Navas, de Sergio Ramos... Pero podríamos mirar para atrás y hablar de Carlos Marchena, de Velasco, de Jesuli, de Salva... Jugadores que han sido fundamentales en la historia del Sevilla".