El Sevilla FC apenas dispone de 2,5 millones de euros de cara al mercado de enero. Con ese limitado presupuesto, Víctor Orta tratará de cerrar la llegada del internacional suizo Rubén Vargas, correspondiendo así al deseo de García Pimienta de contar con un nuevo extremo tras la lesión de Ejuke y la inminente retirada de Jesús Navas. A partir de ahí, se busca también un delantero, pero dicha contratación queda a expensas de posibles salidas, con Iheanacho, Gonzalo Montiel, Suso, Marcao o Valentín Barco como futbolistas prescindibles.
Cualquier ingreso extra, por tanto, sería recibido con júbilo en el club de Nervión, aunque al tener sobrepasado con creces el límite salarial que impone LaLiga sólo puede reinvertir en refuerzos el 20% del dinero que dejen en caja los traspasos, como sucedió con el de Lucas Ocampos al Monterrey mexicano una vez cerrado el mercado en Europa. Ahora, la mirada está puesta de nuevo al otro lado del charco, concretamente en Brasil, donde se apunta a un posible cambio de aires de Guilherme Arana que beneficiaría económicamente a su ex equipo.
El lateral zurdo aterrizó en el Sánchez Pizjuán en enero de 2018, con sólo 20 años, como una gran promesa que venía de brillar en las filas del Cortinthians. Fue el primer fichaje de Óscar Arias en su etapa el frente de la dirección deportiva y supuso un desembolso de 10 millones de euros, con variables incluidas. Pero nunca llegó a responder a las expectativas, marchándose cedido al Atalanta después de una campaña y media y 25 partidos con la elástica blanquirroja.
Tras su gris paso por Italia, la entidad sevillista logró colocarlo de nuevo en su país, en el Atlético Mineiro, que pagó 2,5 millones de euros por su cesión y otros 2,5 seis meses después por su compra definitiva, en el verano de 2021. Desde entonces, Arana se ha convertido de nuevo en uno de los laterales zurdos más destacados de Brasil. Suma 22 partidos con su equipo en los que ha firmado 21 goles y 35 asistencias, ofreciendo un rendimiento que le ha llevado incluso a ser internacional con la selección 'canarinha' (en 11 ocasiones ya).
Por todo ello, desde el Sevilla FC no le ha perdido la pista, pues en su traspaso se reservó el 10% del pase de cara a una futura venta, la cual podría llegar en este mercado de enero. A sus 27 años, tiene contrato en vigor hasta diciembre de 2027, pero tras la derrota en la final de la Copa Libertadores frente al Botafogo (tras la cual recibió amenazas de los aficionados por cometer un penalti), el Atlético Mineiro ha acabado el Brasileirao lejos de la cabeza y ni siquiera se ha clasificado para competiciones continentales, por lo que el zaguero no descarta hacer las maletas.
“¿Si me quedaré? Probablemente, tengo contrato, pero en el fútbol pueden pasar muchas cosas. Dejé muy claro que estoy muy feliz aquí, mis hijos son de Minas Gerais, mi hijo es autista y depende de muchas cosas que un niño autista necesita. Entonces, tal vez surjan cosas, pero tengo contrato, lo analizaré muy bien porque me gusta mucho estar aquí”, señaló días atrás al ser cuestionado por su futuro.
Con un valor de mercado de 13 millones de euros según la web especializada Transfermarkt, se da por hecho que no le faltarán ofertas. En verano, incluso, llegó a sonar para el PSG. De momento, él mismo lo deja todo en el aire, pero en Nervión esperan que llegue ese pellizco extra que sin duda sería celebrado.