Por si el Sevilla no tenía dudas sobre cómo actuar con una posible salida de En-Nesyri, el marroquí las acrecentó en un segundo, el que le bastó para adelantarse a la defensa bética y anotar el gol del triunfo en el derbi ante el Betis.
No es que una acción puntual en un amistoso vaya a cambiar la percepción que hay de él en el club, donde conocen sus virtudes y sus defectos, y hasta donde puede llegar. Pero sí demostró una vez más que es el hombre más decisivo que el equipo tiene en ataque y que su marcha obligaría a acertar de pleno y encontrar un sustituto que diera rendimiento inmediato para no ver comprometido el arranque de temporada.
Aparte de que el aficionado no aceptaría una venta por debajo del valor de mercado que el club se marcó en principio -a partir de los 35 millones- y de hecho, como demostró en la encuesta realizada por este medio hace unos días, no está ni por la labor de dejarlo ir por los 45 millones que se filtró que había ofrecido el Al-Hilal.
La realidad es que el precio no fue tan alto y que, a día de hoy, no hay opciones reales que lleguen a lo que verdaderamente valdría. De hecho, al tiempo que llegaba esa oferta a la baja del equipo saudí, Sky Sports aseguraba que estaba ofreciendo la desorbitante cifra de 140 millones por Victor Osimhen, la estrella del Nápoles. Un desprecio a En-Nesyri, quien, además, tendría la última palabra y siempre ha primado lo deportivo a lo economico. Y eso pasa por ir a un club, como mínimo, con las mismas expectativas del Sevilla y no a una Liga menor. El West Ham puede dar buena fe de ello.
Las otras alternativas que han ido apareciendo a lo largo de los dos últimos meses se han ido cayendo o miran hacia otro lado. La Juventus, finalmente, piensa ahora más en retener a Vlahovic que en sustituirlo. El Nápoles negocia la renovación de Osimhen. Y el Inter, como ha demostrado con el intento de retener a Lukaku o, esta misma semana, con Scammaca, tiene destinado al delantero entre 25 y 30 millones de euros, unas cifras por las que el Sevilla no se puede permitir dejarlo ir.
La encrucijada de En-Nesyri apunta, salvo que una locura por Osimhen o algún movimiento extraño en el mercado inglés alteren el mercado de delanteros en los próximos días, a continuar en el Sevilla. Al menos, por ahora, su salida está parada a la espera de acontecimientos. Un problema serio para la financiación de la planificación, pero también, una alegría para los que temen el agujero que puede dejar su salida.