A las puertas de la enésima junta extraordinaria convocada por el máximo accionista y con un panorama deportivo de nuevo preocupante (dos empates y dos derrotas en las cuatro primeras jornadas, venta extemporánea de Lucas Ocampos...), cualquier alegría, por pequeña que sea, se celebra en el Sevilla FC como un éxito rotundo. Y, dentro de que pueden existir dudas sobre el rendimiento de los nueve fichajes, varios de ellos desconocidos, y el acople de la plantilla, el encargado de confeccionarla, Víctor Orta, puede presumir de haber conseguido gran parte de la encomienda que le hizo José María del Nido Carrasco, que abandera sendas regeneración y reestructuración económicas de la entidad en el primer ejercicio sin competición europea desde hace casi dos décadas. El madrileño, para comenzar, ha obrado un claro rejuvenecimiento del vestuario, reduciendo drásticamente desde que llegó la masa salarial.
En cuanto a lo primero, el plantel de la 23/24 era el noveno más viejo de Primera división, con un promedio de 26,2 años, pasando en los albores de la 24/25 a convertirse en el cuarto más joven, con 25,6. No hay una diferencia abismal, pero, en términos globales, únicamente el FC Barcelona (23,4), la Real Sociedad (24,5) y el Valencia CF (25,0) cuentan con grupos profesionales menos longevos que el blanquirrojo, en gran parte porque ninguno de los ocho recién llegados tiene más de 30, que sí roza Saúl Ñíguez (la cumple en noviembre), si bien Valentín Barco (20), 'Peque' Fernández (21) y Lucien Agoumé (22) bajan mucho el listón, sin que los 24 años de Albert Sambi Lokonga o los 26 de Chidera Ejuke y Álvaro Fernández lo suban demasiado. Uno más tiene Kielechi Iheanacho. El promocionado Pedro Ortiz (23) echa otro cable. Cuando se jubile en diciembre Jesús Navas (38), todavía lucirá mejor, pues sólo Nemanja Gudelj, Örjan Nyland y Suso Fernández rebasarán la treintena.
Y, volviendo al capítulo económico, las diecinueve salidas han ayudado a acercarse al LCPD impuesto por LaLiga, aunque el Sevilla FC aún lo tiene sobrepasado y anda lejos de la regla 1:1 que, por ejemplo, ha alcanzado su eterno rival, lo que le permite reinvertir todo lo que obtenga como consecuencia de un traspaso, incluyendo el sueldo ahorrado. Debe conformarse con la mitad (salvo con los canteranos), el 60% en el mejor de los casos si el afectado supone un 5% o más del presupuesto total, el club nervionense. Pero es que la exigencia era descomunal. Desde el verano pasado, eso sí, Orta ha conseguido que el adelgazamiento de la masa salarial supere los 60 millones de euros (de 170 a unos 110). Ya en su primer mercado llegó a 20. Con todo, le faltarían algo menos de 40 para llegar a la meta, pues el último listón conocido (en febrero de 2024) estaba en 152.286.000. En septiembre de 2023 era de 168.720.000. La previsión es que en unos días se ajuste a 72 millones.