Adela Requena3 min lecturaEl Atlético de Madrid goleó en Pucela por 2-5 con un auténtico recital. Nahuel, Giménez, Morata y Depay fueron los goleadores del conjunto colchonero. En la otra cara de la moneda, en el Valladolid, surgió la figura de Larin para devolver la fe al equipo. Marcó de penalti sin acusar la presión y permitió irse al descanso con 1-3 en el marcador.
Lo fue en el partido frente al Valencia, pese a la derrota y lo volvió a ser ayer frente al Atlético de Madrid. Larin volvió a marcar (su séptimo gol en LaLiga), esta vez de penalti, pero no es solo por su gol. Es por ello que se le considera ya el fichaje más rentable del mercado de invierno.
El jugador canadiense ha llegado a LaLiga a sus 28 años de la mano del Real Valladolid. En el mercado de inverno el cuadro pucelano consiguió la cesión Larin hasta final de temporada, la relación podría ampliarse si el jugador alcanza ciertos objetivos. Es un jugador que sin haber costado millones de euros ha aportado goles y puntos al equipo de Ronaldo Nazario desde el primer día que aterrizó en el José Zorrilla.
Desde que aterrizó en el Real Valladolid, el ex del Brujas se ha convertido en la perfecta definición de la eficiencia. En lo que lleva con el conjunto vallisoletano, suma ya 7 goles en 13 partidos. Cifras que le convierten en el fichaje de enero más rentable de las cinco grandes ligas. Se pone por delante de Ludovic Ajorque (Mainz) y Cody Gakpo (Liverpool). Larin, que sumaba los mismos goles que los mencionados jugadores, se pone por delante. Mainz ha empleado 13 partidos para marcar 6 goles y el del Pool 15.
Lo cierto es que el Real Valladolid necesitaba fortalecer la parte ofensiva para mantenerse en Primera División. El club pucelano vivió una primera mitad de temporada sumando tan sólo los cinco goles cuyo artífice fue Sergio León, siendo el club menos goleador de la competición junto a las malas cifras del Elche. Más allá de los goles del delantero cordobés, solo Shon Weissman pudo sumar una diana, fue ante el Almería en la jornada 4.
Y llego Cyle Larin, pieza clave para Pacheta. Y para Pezzolano. Y es que el canadiense contribuye en todos los aspectos a mejorar el juego de los vallisoletanos. Este domingo lo demostró. Demostró que más allá de parecer un simple nueve, su juego asociativo es de diez.