Pues un verano más, Kylian Mbappé y su posible fichaje por el Real Madrid se convierten en el culebrón de la ventana de transferencias. Es un secreto a voces que el internacional galo es el deseo más preciado de Florentino, quien lleva varios veranos tratando de echarle el guante y éste, en el que lo blancos tienen libre el dorsal número ‘9’ tras la marcha de Benzemá, no iba a ser menos.
La presente semana se esperaba movidita, y así está siendo. Desde que Mbappé volviera de sus vacaciones el pasado lunes, los acontecimientos se están sucediendo como se esperaban. El delantero pasó el pertinente reconocimiento médico junto al resto de internacionales el PSG para sumarse a los entrenamientos el martes, donde se cruzó con Nasser Al-Khelaifi, propietario del club parisino.
Se barruntaba la posibilidad de que ambos se sentaran para tratar de desbloquear la situación actual y, aunque eso no sucedió, sí que se cruzaron mensajes. Al-Khelaifi fue claro en su discurso a la plantilla. “El que no quiera jugar por este escudo no debería estar aquí”, dijo en clara alusión a Mbappé, al que el pasado 3 de julio enviaron una carta para que se sentara a negociar y dieran con un acuerdo de renovación hasta 2025 antes del 31 de julio. Según informa Marca, esa sigue siendo la fecha tope para el PSG, aunque el propietario qatarí ya indicó durante la presentación de Luis Enrique que, mientras antes se resuelva, mejor, dándole en ese día un ultimátum de diez días que ya se han cumplido. Y es que, en cualquier caso, Mbappé sigue teniendo la sartén por el mango.
Mientras, el futbolista se entrenó por primera vez a las órdenes de Luis Enrique, quien ya ha hecho una lista negra con varios descartados entre los que, lógicamente, no se encuentra un Mbappé con el que, sin embargo, no sabe a ciencia cierta si podrá seguir contando con él o no. Por el momento, el delantero sigue decidido a cumplir lo que firmó en su carta enviada al PSG en junio, cuando dejó claro que no desea renovar hasta 2025 y que al final de temporada se marchará libre. De forzar su adiós, Mbappé perdería la prima de fidelidad que tiene pactada con el PSG, de 80 millones de euros; 40 de ellos, el próximo 31 de julio.
Según informa The Athletic, el PSG ya ha activado la maquinaria para presionar a Mbappé a la hora de tomar una decisión. El mecanismo es muy simple: si no renueva y no se va, los galos no descartarían sentarlo en el banquillo el próximo curso y que no juegue.