Pablo Ibáñez ha ido adquiriendo una mayor importancia en los planes de Jagoba Arrasate con el paso de las jornadas. El centrocampista ha participado en 19 de los 23 encuentros de LaLiga EA Sports, partiendo como en el once en siete de ellos. Pero, a su vez, cuatro de esas titularidades han llegado en las seis últimas jornadas, desde el pasado 21 de diciembre.
Este nuevo rol del mediocentro pamplonés hace que su renovación esté prácticamente asegurada. No en vano, como informa Diario de Navarra, su contrato quedará automáticamente ampliado por una temporada más, hasta junio de 2025, en el momento en el que dispute otro partido en el que juegue al menos 45 minutos.
Así le recoge la cláusula que firmó en 2022, cuando dio el salto desde Osasuna Promesas. Entonces quedó estipulado que el canterano ampliaría su vinculación hasta la fecha indicada si disputada 20 partidos ligueros con al menos 45 minutos sobre el campo durante la pasada campaña y la presente. Una cifra que ya tiene al alcance de su mano, tras los 12 choques de la 22/23 y los siete que ya suma en el actual ejercicio.
Más allá de activarse este mecanismo, sin embargo, el club navarro ha intentado en los últimos meses cerrar con Pablo Ibáñez una renovación por más temporadas, con la consiguiente mejora salarial, pero de momento no ha habido acuerdo entre las partes.
El jugador cambió de representantes y las posturas no se han acercado en todo este tiempo, aunque desde las oficinas de El Sadar tienen la intención de retomar las negociaciones para intentar atar al futbolista, sin tanta urgencia una vez que se confirma su continuidad por una campaña más.
De este modo, el único futbolista de la actual plantilla que tiene su futuro en el aire es Rubén García. En este caso, ambas partes han decidido postergar su decisión hasta más adelante. La idea es ofrecerle una renovación a la baja, dada su pérdida de protagonismo, pero habrá que ver qué busca también el valenciano y las ofertas que le puedan llegar, pues es libre para negociar con cualquier desde el pasado 1 de enero.
En Osasuna, pese a todo, están tranquilos, al igual que sucede en el caso de Jagoba Arrasate. El técnico vasco también acaba contrato a final de temporada, pero ya ha acordado con el club que no se sentará a abordar su posible continuidad hasta que la situación deportiva del equipo esté encauzada.