El fútbol es un deporte repleto de sentimientos, emoción y pasión. Partidos y temporadas que nunca se olvidarán por muchos años que pasen por la felicidad y alegría que lleva recordarlo. Parafraseando a Sweet Caroline (canción mítica de los hinchas ingleses), "good times never seemed so good". Los buenos tiempos nunca parecieron tan buenos.
Y es que esta frase casa a la perfección con los aficionados del fútbol en general y con los del Betis en particular cuando se mencionan los nombres de Rubén Castro y Jorge Molina. Ambos son a día de hoy dos de los mayores representantes del fútbol español por sus respectivas carreras deportivas. Dos hombres nacidos para marcar gol incluso en sus peores días, dos maestros de la asignatura más complicada de este bendito deporte.
Rubén Castro y Jorge Molina quieren seguir siendo ídolos para sus respectivas aficiones. El primero ya es icono en Málaga. Su repercusión e impacto se refleja en las camisetas vendidas, pues es el jugador de la plantilla que más arrasa en este aspecto. Tiene ganas de agradar, de devolver con goles la enorme apuesta económica que la dirección deportiva del club boquerón realizó por él. Los 700.000 euros anual que percibirá reflectan el nivel del canario pese a sus 41 años de edad.
Misma ambición tiene su homólogo Jorge Molina. Después del descenso del Granada a Segunda División, no dudó en continuar en la disciplina nazarí. Asumiendo responsabilidades y demostrando su compromiso y fidelidad. En las malas, el primero en remar. Probó el sabor más amargo errando contra el Espanyol el penalti que le hubiese dado la permanencia al cuadro de Aitor Karanka. Repuesto del dolor, su experiencia y olfato de cara a puerta serán claves para conseguir el objetivo de regresar a LaLiga.
El pasado sábado, Granada y Málaga se vieron las caras en el trofeo Ciudad de Granada. Un derbi andaluz muy competido y que sirvió como prueba de fuego para ambos entrenadores en la última cita previa al debut liguero. Se vieron cosas interesantes como la gran primera mitad de los locales, la vaselina excelsa de Antonio Puertas en el gol rojiblanco, la reacción del Málaga con una presión alta y con criterio con el balón en los pies o la tanda de penaltis donde brilló Manolo Reina.
Pero si hubo un momento especial en el partido fue el reencuentro de Jorge Molina y Rubén Castro una vez finalizado el derbi veraniego. Una imagen que emociona a los seguidores del Real Betis. Juntos en el centro del campo, los dos delanteros estuvieron intercambiando impresiones del partido y conversando sobre la vida en general. Quizás también de su idilio en el Benito Villamarín.
Allí formaron una pareja letal, quizás la más recordada en la historia del club verdiblanco. El delantero canario, en sus ocho temporadas, alcanzó unos números envidiables: 147 goles y 44 asistencias. Años después todavía se dibuja una sonrisa en el rostro de los aficionados béticos cuando escuchan el nombre de Rubén Castro. Misma reacción ocurre con Jorge Molina. El natural de Alcoy hizo 77 goles y 17 asistencias en sus seis campañas.
Dos compañeros y amigos que volvieron a enfrentarse tiempo después. Tendrán un bonito duelo personal durante la temporada para ver quién marca más goles en LaLiga SmartBank con Málaga y Granada respectivamente, equipos que disfrutarán del talento y voracidad de ambas leyendas del fútbol español.