Tras el beso a Jenni Hermoso hay pocos que salgan a defender al expresidente de la RFEF Luis Rubiales y ahora aparecen cosas que tal vez no se habrían contado si él siguiera aún al mando. No es sólo que se pasase por encima con el asunto de las comisiones por llevar la Supercopa de España en Arabia Saudí, las supuestas fiestas a cargo de la Federación o el viaje privado a Nueva York que se pagó con fondos de ésta, sino otros asuntos desconocidos como lo denunciado hace unos días por la exvicepresidenta de la Federación, Ana Muñoz, quien afirmó que Rubiales evitó un expediente contra Busquets antes de un Barcelona-Real Madrid, lo que le permitió jugar el Clásico.
Hay otros asuntos que, si bien no constituyen delito, sí han dejado en mal lugar su etapa y que se han olvidado por culpa de otros más importantes. En este caso, el que ha salido a la luz viene como consecuencia de la celebración de la Supercopa de España femenina, en Mérida, entre los equipos del FC Barcelona y la Real Sociedad. Las jugadoras tuvieron que recoger ellas mismas las medallas de campeonas y subcampeonas, en un acto que tuvo una amplia repercusión en su momento, pero que se justificó como que, en la Supercopa masculina, tampoco había tenido lugar una entrega de medallas propiamente dicha. Algo que no fue real.
El caso se olvidó para casi todo el mundo. Y lo del casi es porque Miguel Galán, en representación de la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte, presentó una denuncia contra Luis Rubiales "por la clara discriminación contra las jugadoras (...) menospreciadas durante el momento de recoger las medallas de campeonas y subcampeonas" en dicha Supercopa de España.
En este sentido, Miguel Galán no sólo señala que las jugadoras del Barça y de la Real "fueron ninguneadas y obligadas a autoimponerse las medallas" sino que ésta no era la primera vez que menospreciaba al fútbol femenino, pues a todo el asunto relacionado con 'las 15 rebeldes' de la selección femenina se añade el freno que le puso a la celebración de la Supercopa de España femenina en la propia Arabia Saudí, como indicaba el contrato firmado cuando llevaron la masculina y del que tanto se hizo eco el propio Rubiales, que presumió de hacer más por la igualdad y el fútbol femenino de aquel país que lo que podía hacer cualquier asociación feminista.
Esta denuncia, según publica El Confidencial, ha sido obviada por el Consejo Superior de Deportes, que preside Víctor Francos, ya que considera que no atenta "contra la dignidad y el decoro deportivo".
"Es preciso poner de manifiesto que son pocos los pronunciamientos judiciales que han tenido ocasión de manifestarse sobre esta infracción, toda vez que trata de unos conceptos ciertamente abstractos y muy interpretables, de ahí que considere que no puede afirmarse que la forma en que se produjo supone la comisión de la infracción citada", señala la respuesta del CSD a la denuncia con respecto a si los hechos citados suponen una infracción muy grave, como indicaba Galán.
Tras esto, el CSD sentencia que "no concurren indicios racionales suficientes de una vulneración que justifique formular al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) la correspondiente propuesta razonada y acuerda que, a la vista de las anteriores consideraciones y en uso de las atribuciones que legalmente tengo conferidas, no procede formular petición razonada al TAD". La sentencia aún se puede recurrir ante los juzgados centrales de lo Contencioso-Administrativo, aunque tiene poco margen de prosperar. Otro asunto del que Luis Rubiales sale indemne y que afecta al fútbol femenino español.