"Monchi lo ha explicado muy claro, no hubo ningún contacto del Sevilla FC conmigo. En el fútbol hay mucho ruido, he aprendido a no darle vueltas a los rumores sobre mi futuro", explicó el pasado mes de junio, poco después de que fuera presentado como entrenador del RCD Espanyol, un Diego Martínez que este sábado (16:15 horas) se verá las caras ante el que fue su equipo, un Sevilla FC en horas bajas en el que puede acabar de sentenciar, además, a su homologo en el banquillo sevillista Julen Lopetegui.
De candidato a su asiento a verdugo. Así lo ha querido el destino. Los caprichos del fútbol. Todo ello, a pesar de que tanto Diego Martínez como Monchi se encargaran de negar los contactos. "La noticia de Diego Martínez es falsa. Está hecha a muy mala leche. La clasificación la hemos conseguido nosotros solos a pesar de las sancadilla", espetó el director deportivo del Sevilla FC ante los micrófonos de Movistar tras el empate cosechado ante el Atlético de Madrid que servía para acabar de amarrar la clasificación Champions al cierre del curso pasado. Desde Madrid, previamente, se habían encargado de publicar un supuesto acuerdo con Diego Martínez para esta temporada, algo que el tiempo se encargaría de demostrar que no era del todo cierto.
Eso, sin embargo, no quiere decir que no haya habido contactos entre el Sevilla FC y Diego Martínez meses atrás. De hecho, el entrenador gallego apuró al máximo su decisión de firmar por el RCD Espanyol por si acababa de salirle la opción de volver al Sevilla FC como entrenador del primer equipo. Ya estuvo al frente del filial y formó parte del cuerpo técnico de Unai Emery.
La historia es sabida por todos. Tras unos días de desencuentro a comienzos del verano, ni el Sevilla FC tenía dinero para finiquitar a Lopetegui ni el vasco encontró un destino mejor que le invitara a cambiar de aires, por lo que las partes se pusieron a trabajar en el Sevilla FC 22/23, esfumándose cualquier posibilidad de que el banquillo sevillista quedara libre. Diego Martínez, al tanto de todo, firmaría unos días antes por el conjunto blanquiazul.
Ahora, tan sólo unos meses después, Diego Martínez tiene la posibilidad de darle la puntilla a su compañero, pues una derrota en Cornellá metería al Sevilla FC en descenso y dejaría a Lopetegui y su cuerpo técnico prácticamente de patitas en la calle a la espera de un sustituto. Obviamente, no será Diego Martínez, pues entrena al Espanyol y, además, no podría entrenar en una misma temporada a dos clubes de LaLiga. Y es que desde semanas atrás se viene rumoreando también en Barcelona que el vigués no está del todo contento como perico, que el proyecto no es el que le prometieron.
Lopetegui, que debutó como entrenador del Sevilla FC en el campo del Espanyol, podría cerrar su ciclo como sevillista, también, en el RCDE Stadium, lo que obligaría a los de Nervión a buscarle un sustituto. Marcelino y Sampaoli son las dos alternativas propuestas con más fuerza por el consejo ejecutivo en las reuniones de esta semana, aunque no habría que acabar de descartar tampoco a un Mauricio Pochettino con el que ya hablaron previamente de manera informal y que se postulaba como recambio de Tuchel para el banquillo del Chelsea, una opción que finalmente se le ha caído. En cualquier caso, por lo económico y planes del propio argentino, se antoja descabellada.
Eso, si el Sevilla FC pierde en Cornellá. Pue si gana, Lopetegui seguiría alargando su agonía al frente del banquillo sevillista a la espera de cambiar la dinámica actual y recuperar unos apoyos que hoy por hoy ha perdido prácticamente en el seno de la entidad sevillista.
La relación entre Diego Martínez y Monchi es bastante estrecha; muy próxima. Tanto, que el de San Fernando fue, prácticamente, su descubridor en la elite. Mucho tuvo que ver, también, el representante de éste, muy próximo a Monchi desde sus inicios como director deportivo. Tanto, que fue una de las personas que más lo ayudó en su primera experiencia como director deportivo en el Sevilla FC de Roberto Alés.
En 2009, una llamada de Monchi le cambió la vida a Diego Martínez, como él mismo se ha encargado de reconocer en alguna entrevista: "En 2009 yo estaba en Tercera división, en el Motril, era el entrenador más joven de la categoría. Monchi me llama y me ofrece que me encargue de un área nueva en el Sevilla, la de metodología, haciendo entrenamientos por puestos específicos. Algunos amigos me dijeron que lo pensara bien, pero yo lo tenía clarísimo: era entrar en el Sevilla y empaparme de métodos más profesionales. Toda esa vocación y pasión que sentía la podría proyectar rodeándome de una estructura profesional. Es otra de esas decisiones que no todo el mundo comprende pero que vas tomando y te van definiendo, una decisión con visión a medio y largo plazo. Estuve allí ocho años y el Sevilla cambió mi carrera como entrenador, supuso un punto de inflexión. Es un club que te marca por su mentalidad de ambición, de exigencia y de pertenencia".