Dos exsevillistas, Luis Alberto y Ciro Immobile, fueron los grandes protagonistas ayer en el Olímpico de Roma al clasificar para los octavos de final de la UEFA Champions League a la Lazio. Pero, sobre todo, el triunfo ante el Celtic (2-0) sirvió para que el delantero italiano se reivindicara por todo lo alto.
Salió desde el banquillo y, con un doblete en tres minutos, rescató a su equipo y calló muchas de las bocas que le han cuestionado esta temporada por un un inicio algo dubitativo. Luis Alberto le cedió el brazalete de capitán cuando entró y cumplió a la perfección con las labores como tal en la recta final del encuentro.
No obstante, cuando acabó el partido, el cuadro 'biancocelesti' necesitaba el triunfo del Atlético de Madrid en tierras holandesas para sellar de manera matemática su pase a la siguiente ronda del torneo. Y con la victoria colchonera ante el Feyernood (1-3), lo consiguieron.
Pero si alguien lo celebró antes que nadie ese fue el propio Immobile, elegido MVP del partido. Porque cumple su octava temporada en el club y es el jugador más querido por la afición. Sus números de esta campaña necesitaban una noche estelar como esta. Salió con el 0-0 a falta de media hora para el final y, del 82' al 85', cerró un partido vital que pudo complicarse a los locales.
Dominó el conjunto romano durante toda la primera mitad con claridad, con la autoridad y el liderazgo de Luis Alberto en el centro del campo y las incursiones de Guendozi, uno de los más activos durante el encuentro. Movió la pelota de un lado a otro el español, intentó desarbolar el poblado entramado defensivo de los escoceces en el Olímpico. Pero fue imposible.
Y entonces apareció Immobile, como el depredador de área que es, para coger primero un rechace y, posteriormente, hacer el 2-0 dejando sentado a su marca. Ovación de gala para el napolitano y recuerdos de cierta nostalgia para los sevillistas, quienes apenas pudieron celebrar cuatro goles del italiano con la elástica nervionense.
Cabe recordar que la entidad hispalense lo traspasó en su día a la Lazio por una cantidad cercana a los 9,4 millones de euros según palabras de su agente. En aquel momento, con Unai Emery en el banquillo sevillista, Ciro no pudo encontrar su sitio en el once. Por delante tenía a Kevin Gameiro y Fernando Llorente. Pese a que tenía más pretendientes en el mercado, finalmente, fue el cuadro italiano quien apostó fuertemente por él y el delantero lleva ya más de 200 goles con la camiseta 'biancocelesti'.