Después de un lapso de 313 días, Agustín Marchesín regresó a los terrenos de juego. Han transcurrido más de diez meses desde la última vez que defendió el arco del Celta, gran parte de ese tiempo estuvo fuera debido a lesiones. Frente al Sestao River, los de Rafa Benítez lo pasaron bastante mal y gracias a un penalti a favor bastante polémico consiguieron el pase a la siguiente ronda de la Copa del Rey. El meta argentino fue la gran novedad del equipo gallego en el duelo copero. Supuso un gran problema de mercado para el club, aunque con su recuperación ahora Benítez tiene tres porteros de gran calibre para competir.
"Al acabar el partido estaba muy emocionado, creo que muchos compañeros se dieron cuenta porque vinieron a abrazarme tras el partido. Estoy también muy contento porque el equipo supo dar la cara en un campo muy difícil", decía el guardameta argentino nada más finalizar el partido sobre su recuperación.
Han sido momentos muy difíciles para él, como para cualquier jugador que no juega, y ahora todo ha llegado a su fin. "Estaba súper emocionado y feliz porque esperé mucho para que llegase este momento y poder volver a los terrenos de juego de la mejor manera. Estoy muy agradecido a la institución porque, desde el primer momento de la lesión, me han tratado de forma excelente. Uno sabe que está en deuda y lo único que quiere es hacer las cosas bien y demostrar lo que ha sido la carrera de uno y tratar de hacerlo de la mejor manera, cada vez que me toque jugar, devolviéndola la confianza al entrenador y a los compañeros", decía.
El argentino se ha encontrado con la llegada de Vicente Guaita, todo un veterano, y la irrupción de Iván Villar. No será nada fácil para él volver a recuperar la titularidad. "Han sido diez meses muy difíciles y muy largos. Trabajo para tener la oportunidad de demostrar de lo que uno es capaz y lo que uno quiere. Ojalá siga teniendo oportunidades", añadía Marchesín.
En una temporada donde no le están saliendo del todo bien las cosas al Celta de Vigo, parece que todavía se agarran a cierta esperanza por remontar la situación que están viviendo. "Había que ganar, sabíamos que era un partido muy complicado. A todos los equipos de Primera les cuesta la Copa y algunos ya han caído eliminados. Dimos las cara y lo hicimos bien y ahora vamos al campo del Rayo Vallecano, un rival que es duro pero con la misión de conseguir los tres puntos para meternos ya ahí arriba porque los equipos de abajo estamos todos muy cerca. Necesitamos ganar un partido para agarrar la senda de las victorias, que es lo que queremos", finalizaba.