En el Celta de Vigo aún se lamen las heridas de la dura derrota sufrida ante el Barcelona en Montjuic, donde el conjunto celeste llegó a ir 0-2 en el marcador en el minuto 80 merced a una gran remontada azulgrana firmado por Lewandowski y Cancelo, lo que provocó los lamentos de su entrenador, Rafa Benítez.
De momento, la etapa del técnico madrileño al frente del cuadro vigués no ha comenzado como se esperaba, con 4 puntos de 18 posibles que le condenan de momento a una de las plazas de descenso. Por ello, el partido de este jueves en Balaídos ante el Alavés se considera vital, si bien Benítez y los suyos tendrán que hacer frente a otro problema añadido: el estado del césped.
Los problemas en el terreno de juego del feudo celeste se remontan al pasado mes de junio, cuando quedó prácticamente destrozado con motivo del concierto de Gun’s and Roses que se celebró en dicho recinto. Esto obligó al club a tomar la decisión de replantarlo por completo con el objetivo de que estuviera listo para la celebración del Memorial Quinocho.
Además, fue el Celta el que se tuvo que hacer cargo de todos los gastos, invirtiendo en torno a un millón de euros, debido al conflicto que mantenían el Concello de Vigo y la productora Live Nation sobre la responsabilidad de unos desperfectos que no consiguieron arreglarse con la sustitución del tapete.
Desde el club gallego se han esforzado para intentar mantener en buen estado el césped, realizando todos los cuidados posibles, pero la aparición de un hongo ha empeorado la situación y los responsables de la entidad han llegado a la conclusión de que no hay otra solución que volver a cambiar el césped.
Así, los celestes volverán a jugar en su maltrecho terreno de juego ante el Alavés y contra el Getafe el domingo 8 de octubre. Ese será el último partido. Tras el mismo, se acometerá la renovación de la hierba aprovechando el parón liguero que tendrá lugar a mediados de octubre por los encuentros de selecciones.
El objetivo del Celta es que el césped vuelva a estar perfecto para el choque ante el Atlético de Madrid que tendrá lugar en Balaídos el fin de semana del 21 y 22 de octubre, lo cual se espera que beneficie directamente a un equipo que necesita mejorar sus resultados de forma urgente.