El fútbol es posiblemente del deporte más incontrolable. Pese a que los entrenadores se empeñan en crear sistemas, hacer cambios tácticos, dar charlas y sorprender al rival, lo cierto es que a última hora terminan dependiendo de un elemento que sin duda ha dado la espalda a Claudio Giráldez. Algunos lo llaman suerte, otros hablan de puntería, pero ya sea uno u otro, no está acompañando lo más mínimo al entrenador del Celta de Vigo.
La película vista ante el Real Madrid, encuentros en el que los gallegos terminaron cayendo por 1-2, ya se ha dado en otras ocasiones. Contra los blancos, y ya con el marcador final establecido, primero fue Jonathan Bamba quien no pudo superar a Thibaut Courtois en el mano a mano y posteriormente Williot Swedberg quien perdonó tras un pase de Alfon para prácticamente fusilar al meta belga en el tiempo de descuento. La afición viguesa se lamentó –y con todo el sentido del mundo–, pero la realidad es que a estas alturas parece que verles errar de esta manera es cualquier cosa menos una casualidad.
Con 10 jornadas disputadas en LaLiga EA Sports 2024-25, ha habido otros partidos en los que los celestes han pagado realmente caro su falta de definición. En la tercera fecha de la Liga, en La Cerámica ante el Villarreal CF, tuvieron hasta tres ocasiones clamorosas para llevarse el triunfo; las desperdiciaron todas y terminaron cayendo por 4-2 a causa de un inocente penalti. Ya en la jornada 7, recibiendo al Atlético de Madrid, pudieron ponerse por delante en el minuto 90, pero Damián Rodríguez falló un gol cantado para ver en la siguiente jugada como Julián Álvarez les ajusticiaba.
¿Puede cambiar la historia? Por supuesto. Cerrado el choque contra la entidad merengue, a la cual no derrotan en Balaídos desde 2014, fue Fran Beltrán quien tomó la palabra para asegurar que "jugando así llegarán las victorias". Puede no faltarla razón. Con Giráldez a los mandos el Celta está realizando un juego que hacía mucho que no veían sus aficionados, quienes se encuentran ilusionados con el actual proyecto.
Así es. El juego del Celta y lo mucho que genera en ataque quizás merecería otra situación clasificatoria, pero la realidad es que los gallegos son décimos con 13 puntos. A solo dos unidades de los puestos europeos, sobra decir que con un poco más de suerte (o acierto) podrían estar metidos en ellos. En cualquier caso, están a tiempo de ser uno de los protagonistas de tal pelea.