El Celta sumó ante el Atlético de Madrid su sexto encuentro consecutivo sin vencer, cayendo derrotado de forma contundente en Balaídos por 0-3. De hecho, los celestes no conocen todavía la victoria ante su público. Sólo han sumado un triunfo en 10 jornada, a domicilio ante el colista Almería, y presenta un pobre bagaje de 6 puntos que le tienen anclado en los puestos de descenso, a dos de la salvación.
Sin duda, la situación es complicada y todas las miradas apuntan al banquillo. No en vano, el fichaje de Rafa Benítez era la gran apuesta del club vigués para esta temporada y eran muchas las ilusiones puestas en su figura. Pero de momento, el técnico madrileño no consigue dar con la tecla. A ello, además, se suman episodios como el cabreo de Aspas en el último partido tras ser destituido o el hecho de que muchos echen en falta una mayor capacidad de autocrítica por parte del ex entrenador del Liverpool, que no ha dudado en atacar en más de una ocasión a LaLiga, por su estricto control económico o la ausencia de la tecnología del gol, y también a los arbitrajes, por la utilización del VAR.
Sin ir más lejos, tras el partido ante los colchoneros, el preparador del conjunto gallego volvió a poner el foco en una decisión del colegiado. “Para mí es amarilla y esa jugada cambia todo, pierdes 0-1 y el equipo, aun así, compite, tiene situaciones y sensación de que puedes hacer daño y está en el partido”, aseguró con respecto a la expulsión de Iván Villar.
De momento, los dirigentes del Celta comparten su discurso y siguen confiando en él. Tal y como informa el diario As, Benítez ha sido ratificado en su puesto pese a los malos resultados y estará el próximo viernes en el banquillo ante el Girona, la gran revelación del campeonato. Para Marián Mouriño, que en la práctica ya ejerce como presidenta e incluso se le pudo ver en el entrenamiento previa al duelo ante el Atlético, los dos pilares del proyecto son el propio Benítez y el director deportivo Luis Campos, de ahí que haya descartado de forma tajante un posible cese del entrenador.
Pero en muchas ocasiones, la ratificación es sólo el paso previo a la destitución. Todo está en manos, por tanto, del propio técnico madrileño y sus jugadores. En caso de una nueva derrota en Montilivi, la paciencia de la hija de Carlos Mouriño podría verse resentida seriamente. De hecho, días atrás se apuntaba que la idea era darle de plazo hasta finales del mes de octubre para esperar una reacción que no llega. Pasada esa fecha, no habría que descartar un adiós precipitado, aunque el despido del ex del Nápoles o el Real Madrid no le saldría nada barato al Celta dado su gran contrato.
Por más que se hable de confianza en el proyecto, los actuales números son una espada de Damocles difícil aguantar. Con dos empates y cuatro derrotas como local, Benítez ya ha formado el peor arranque liguero de la historia en Balaídos. Y a nivel general, tampoco se recuerda otro peor en los últimos 80 años. Si no gana en Girona, de hecho, será el por inicio en la historia del Celta, igualado otros dos precedentes en los que el equipo gallego acabó descendiendo a Segunda, el último de ellos en la 78/79.