No se oponen ni mucho menos en el Real Betis a la salida onerosa de William Carvalho, que ya estuvo a punto de marcharse a Arabia Saudí y Turquía en las dos últimas ventanas de transferencia, aunque no regalarán al internacional portugués ni a ningún otro miembro de su plantilla. Facilidades, todas las del mundo, pues consideran en la planta noble más que amortizado ya a un futbolista que alterna partidazos como el del Metropolitano (segunda parte sobresaliente, con un golazo que hizo concebir esperanzas a los de Manuel Pellegrini) con muchas jornadas de intrascendencia. Los primeros, por desgracia, son granos en un desierto de mediocridad desde que aterrizara en 2018, con contadas y sonoras excepciones, como en la 21/22, erigido en mediapunta finalizador para, entre otras cosas, acercar la final de la Copa del Rey que acabaron ganando los heliopolitanos, así como la segunda clasificación consecutiva para la Europa League.
El 'Ingeniero', de hecho, siempre ha sido el gran valedor del luso-angoleño, que, entre lesiones y bajo rendimiento, ha perdido la titularidad en el doble pivote ante la regularidad de Guido Rodríguez y Marc Roca, así como la irrupción invernal de Johnny Cardoso. Incluso sin Andrés Guardado, el '14' ha debido conformarse últimamente con aprovechar las ausencias de Nabil Fekir o Isco Alarcón en la media punta. Ocurre que sus exigencias para abandonar la capital hispalense son altas. Así lo consideró el Besiktas, que, pese a que Fernando Santos, su ex seleccionador, insistía en reclutarle, no estaba dispuesto a firmarle dos cursos y medio, a razón de 3,5 millones de euros netos, además de pagar traspaso. Ahora, William Carvalho ha autorizado a un intermediario brasileño, con la connivencia de su nuevo agente, a moverle por la Série A, recibiendo un 'feedback' muy positivo del Flamengo, con el que, eso sí, no tiene un acuerdo en el plano económico.
Las filtraciones desde el gigante suramericano hablan de avances en la negociación, pero desde el Real Betis insisten en que no han recibido propuesta formal alguna, como ya ocurriera con los estambulitas y, paralelamente, con el Palmeiras, que 'vendía' en su país diferentes acercamientos por Willian José, con el que sí tenían un entendimiento en el plano monetario. Con los 'rubro-negros' sí hubo un diálogo más concreto por Luiz Henrique, hasta el punto de desplazarse hasta Sevilla desde Río de Janeiro la cúpula de la entidad. Las partes no acabaron bien avenidas, por lo que en el Benito Villamarín ya saben cómo se las gastan, mediáticamente hablando sobre todo. De cualquier manera, los intermediarios utilizados en esta ocasión ya conocen las condiciones exigidas para dejar salir al centrocampista de 31 años. Así, el dueño de sus derechos federativos hasta 2026 ha echado cuentas y llegado a una conclusión: los 2-3 millones de euros de los que hablan allí no son suficientes.
Aunque es cierto que el Betis se ahorraría el segundo sueldo más alto del plantel (2,5 millones de euros netos, más de 13 brutos de aquí al final del contrato), circunstancia que posibilitaría ofrecer ese segundo escalón salarial a Guido Rodríguez, la amortización pendiente (teniendo en cuenta que se han pagado unos 18 kilos de los 16+4 pactados con el Sporting Clube), el porcentaje en poder de los heliopolitanos (un 80% desde la 'operación Feddal') y las condiciones de LaLiga para reutilizar lo ingresado por parte de los clubes con el LCPD rebasado exigen que no merezca la pena financieramente hablando cualquier operación que no reporte, al menos, 5-6 kilos. Consultadas todas las partes, existen serias dudas de que de aquí al jueves, que es cuando cierra el mercado en Brasil, pueda articularse un acuerdo tripartito ahora mismo inexistente. El Flamengo, eso sí, no desespera.