Tras una breve charla de Manuel Pellegrini y los habituales minutos de carrera continua, estiramientos y rondos, el Real Betis celebraba este sábado por la tarde en Los Bermejales su último entrenamiento antes de El Gran Derbi del domingo (18:30 horas) en el Ramón Sánchez-Pizjuán. En realidad, fue la única sesión en tierras hispalenses pensando en el Sevilla FC, aunque es cierto que la expedición verdiblanca a Varsovia se ejercitó el viernes por la mañana en el cercano Legia Training Center tras la derrota de la víspera en la primera jornada de la liguilla de la Conference League para volver a media tarde a la capital sevillana y descansar casi un día entero. Las caras, ya con el cambio de chip en marcha, no eran tan largas como en tierras polacas y nada más aterrizar en el Aeropuerto de San Pablo, pues la ocasión lo merecía.
Mucho más en la intimidad que su eterno rival, que se daba por la mañana un baño de masas en Nervión, la primera plantilla bética sí estuvo bajo miradas extra, como las habituales por otra parte de Isco Alarcón, en muletas junto a su hijo mayor, y el director deportivo, Manu Fajardo, espectadores de excepción de una jornada con las ausencias obligadas, aparte del costasoleño, de los también lesionados de larga duración William Carvalho y Youssouf Sabaly, aunque al internacional senegalés se le espera a la vuelta del parón de selecciones que se inicia el próximo lunes y del que ya no formará parte, pues se retiró hace unos meses de su selección para evitar, precisamente, estas continuas contingencias físicas que lastraban su rendimiento en La Palmera. Los técnicos no dejaron ni un detalle al azar, con el 'Ingeniero' y su mando derecha, Rubén Cousillas, muy encima de los jugadores, con Fernando inmerso en los ronditos.
Trabajaron con aparente normalidad tanto Marc Bartra como Giovani Lo Celso, las únicas dudas para la citación, ambos por sendas contracturas musculares. El catalán no integra una citación desde que se lastimara durante la visita al Deportivo Alavés de la segunda jornada y, aunque se sospecha que tuvo alguna recaída o que el diagnóstico era peor del comunicado, el caso es que ni el protagonista ni el resto de responsables béticos han querido arriesgar, con el recuerdo de los muchos meses (prácticamente un año en blanco) que estuvo por culpa de una dolencia en el tendón de aquiles de su pierna izquierda ('síndrome de Haglund'). Lo del argentino fue también por precaución, pues prácticamente no ha parado desde que volvió, por lo que no viajó a Varsovia para evitar males mayores y recuperarse plenamente para el partido de máxima rivalidad de este 6 de octubre.