En lo deportivo, el Real Betis está respondiendo con maestría a los problemas burocráticos que, para unos, han generado sus dirigentes y, para otros, Javier Tebas. Haro, Catalán y Cordón no hicieron sino apurar la moratoria ofrecida por LaLiga las dos campañas anteriores, saldadas con sendas clasificaciones para la Europa League y un título (la Copa del Rey 21/22), gracias a la estupenda dirección de Manuel Pellegrini y al mantenimiento de sus mejores hombres, a los que ha venido renovando a la baja desde las pasadas Navidades para aligerar una masa salarial que sigue descompensada, ya que se optó por no malvender a Guido Rodríguez, Álex Moreno, Fekir, Canales, Borja Iglesias o William Carvalho, por lo que hubo muchos sondeos y alguna que otra oferta seria, lejos generalmente de las exigencias verdiblancas. Cuando hubo que rebajar un poco el listón de las expectativas por lo apremiante de la situación, el catalán, el italo-argentino o el luso-angoleño, por ejemplo, han declinado salir.
A día de hoy, en Heliópolis sólo han podido ahorrarse los sueldos de Lainez (cedido al Braga, que lo asume íntegramente, con una opción de compra de siete kilos), Bartra (traspasado al Trabzonspor por un fijo de apenas 1,35 millones, con variables que podrían elevar la gestión hasta los cinco), Bellerín (de vuelta al Arsenal), Tello (libre al Los Ángeles FC), Joel (a coste cero al Leeds) y Raúl García (prestado al Mirandés), ya que el filial también cuenta para el LCPD (límite de coste de plantilla deportiva), completando las inscripciones de dos de los fichajes (Luiz Felipe, que colaboró al diferir su premio monetario por aterrizar sin ataduras, y Luiz Henrique), así como dos de los tres veteranos que ampliaron hasta 2023 (Guardado y Joaquín). Quedan Bravo y Willian José (más el aún renqueante Camarasa), en un limbo que se desea subsanar a tiempo, con varias vías activadas, desde las 'palancas' (cesión a un tercero de la explotación de parte de los ingresos por abonos y entradas, aportación de hasta un 5% del presupuesto por parte de los accionistas principales, ampliaciones de capital...).
Obviamente, con un descuadre aún de unos 11 kilos, la mejor solución sería una gran venta o varias de menor calado. Tras comunicar Guido a sus jefes, asesores y compañeros que se queda, la misma decisión que ha tomado William Carvalho a las puertas de su segunda paternidad y del Mundial de Qatar, Paul podría optar por marcharse, con contrato hasta 2024 y sin intención de renovar en esta tesitura. El Betis pide por el pivote costamarfileño entre 6 y 7 kilos. El Elche ya fichó a Quina, pero tiene pretendientes en la Premier, la Championship y la Jupiler Pro League, entre otras competiciones. Igualmente, pese a entrar ya en nómina y disputar sus primeros minutos del curso contra Osasuna, Guardado maneja propuestas de Nottingham Forest y Club América, al tiempo que Loren quiere apurar por si no puede llegar a tiempo Willian José y convence a Pellegrini, que prefiere al hispano-brasileño, con Alavés o Granada, sin olvidar del todo al Cádiz, pendientes de la decisión del marbellí. Por Bravo ha preguntado el Girona, que esperará al oscense Álvaro Fernández, aunque el chileno se antoja un importante 'plan B' de última hora, pues Míchel ha pedido un guardameta que compita con Juan Carlos y maneje bien los pies.
Este domingo, sin embargo, se resolvió una de las incógnitas en la encallada 'operación salida'. Así, tras la negativa a marcharse (para regocijo del 'Ingeniero' y la afición) de Álex, Guido o Carvalho, ahora es el 'Principito' el que ha decidido que, como poco, vestirá de verdiblanco hasta el 30 de junio de 2023. No se ha pronunciado él mismo, ni sus agentes, ni siquiera el propio Betis de manera directa o indirecta. Su mujer, Sandra de la Vega, aprovechaba el regreso de vacaciones junto a sus hijos Máximo y Catalina, recibidos por el propio Andrés Guardado en el Aeropuerto de San Pablo, para confirmar en una 'story' en su perfil oficial de Instagram que no se moverán de la capital hispalense. "¡¡¡Nos quedamos en el Betis!!!", apunta la influencer mientras brinda simbólicamente con una copa de vino con un grabado de la propia institución heliopolitana.