Su desembarco en el Real Betis ha sido más accidentado de lo previsto. La idea era que cumpliese el partido de sanción que traía de la Serie A lo antes posible, en el debut liguero ante el Elche, pero, entonces, los dirigentes verdiblancos andaban enfrascados con LaLiga para solucionar el espinoso asunto de las inscripciones, solamente resuelto en su totalidad a unos minutos del cierre del mercado veraniego. Y gracias a la aportación de su patrimonio personal por parte de los accionistas de referencia y a un gesto compartido por los miembros más relevantes del plantel, que han aceptado diferir pagos de esta campaña a las siguientes, algunos renovando incluso, para que el resto de fichajes y renovaciones tuviese constancia oficial. El propio Luiz Felipe dio el visto bueno al cobro en otros ejercicios de su primera por llegar libre de la Lazio, con lo que pudo ser uno más en Palma de Mallorca, donde ya se quedó limpio, y tener unos minutos en la jornada 3 contra Osasuna tras la roja a Pezzella, que le hizo igualmente estrenarse como titular en el Santiago Bernabéu.
Un debut con nota el del italo-brasileño, que demostró por qué había tantos conjuntos interesados en su contratación. Ya el verano pasado, el Betis ofreció cuatro millones de euros a los 'azzurri', que creyeron poder renovarlo. No fue así. Y ahora se prepara para una nueva aventura en Heliópolis. Contra el Real Madrid, cruces salvadores, anticipaciones fundamentales y mucha jerarquía, lo que pone en jaque a Manuel Pellegrini para los siguientes encuentros. Bendito problema, dirá el chileno, que ve cómo se empiezan a acumular los compromisos desde la semana entrante: HJK Helsinki, Villarreal, Ludogorets y Girona cada 3-4 días antes de tomarse un respiro con el primer parón de selecciones de la nueva campaña.
"Quería cambiar un poco. La Liga española siempre ha sido un torneo con el que disfruté mucho. La Lazio es un gran club, que me ha formado como jugador y como persona, pero yo quería un estímulo, una aventura en mi vida, y elegí la oferta que me hizo el Betis. Desde el primer momento que surgió la oportunidad, tuvieron la ventaja de hacerme sentir importante antes de firmar el contrato", explica Luiz Felipe sobre su elección en una entrevista con el 'El País' en la que repasa también sus orígenes, con una mudanza a Italia con apenas 19 años: "Jugaba al fútbol desde los 13 años y me uní al Ituano, que ahora está en la Serie B de Brasil. Jugué en ese club durante un año y la Lazio me fichó gracias a una recomendación de un cazatalentos. Yo tenía 19, sí. Era un niño, no hablaba italiano y mi adaptación fue complicada. Jugué muy poco después de estar cedido en la Salernitana, de la Serie B, apenas cuatro partidos. A mi regreso a la Lazio, me afiancé en el equipo y jugué cinco temporadas a un buen nivel en la Serie A".
Ahora, el zaguero tiene una mezcla muy interesante entre el fútbol creativo que se suele practicar en su país de origen y la fortaleza típica de los transalpinos. "Podría decir que sí. Como brasileño, me gusta mucho jugar el balón desde atrás y correr riesgos. En Italia aprendí a posicionarme bien, a leer los partidos y, sobre todo, la táctica. He crecido y, ahora, a pesar de ser joven (25 años), creo que estoy en un buen punto de madurez. Vengo a un fútbol diferente y estoy seguro de que me adaptaré pronto", aclara un jugador con doble nacional que ya se ha estrenado con la 'Azzurra': "Me sorprendió la intensidad con la que se juega en España. Ya en el primer partido noté muchas idas y venidas. En Italia todo está como más firme, más ordenado, con dos equipos que se esperan".
Sí tiene claro que los tópicos no van con él: "Para mí, un buen central debe tener una buena lectura de juego y saber salir con el balón. Es una posición clave. Dar patadas ahora con el VAR no tiene ningún sentido. Quizás en otro momento, en otro fútbol, era fácil, porque no te controlaban y el árbitro no podía ver la acción. Ahora, los jugadores están muy controlados. La mejor cualidad de un defensa central no es el golpeo, sino la inteligencia y una buena salida con el balón". Por último, respondió Luiz Felipe a la pregunta de qué delantero le ha costado más defender en su carrera... sin irse muy lejos: "El que me volvía loco en los entrenamientos es Ciro Immobile, mi ex compañero. Ataca siempre la profundidad y la espalda. No podía detenerlo. Luego, los más fuertes que he marcado son Lukaku y Dzeko".