Las 'palancas' del Betis y la nueva hoja de ruta en el mercado

Aunque habrá salidas por diferentes razones (desinterés deportivo, conveniencia coyuntural...), se trabaja en un escenario sin grandes ventas que permita cuadrar cuentas y rearmarse antes del 2-S

Las 'palancas' del Betis y la nueva hoja de ruta en el mercado
Ángel Haro y Luiz Henrique, durante la presentación del brasileño. - Lince
Óscar MurilloÓscar Murillo 7 min lectura

Joan Laporta ha abierto un melón del que piensa consumir tajada a tajada para sacar al FC Barcelona de la quiebra técnica que le impide cumplir con los límites salariales impuestos por LaLiga y fichar futbolistas. Más bien por lo segundo, ya que se vale de una certeza (heredó el desfase económico de Bartomeu) y de una obligación: mejorar una plantilla sin Messi y Luis Suárez que ha demostrado no poder alcanzar el nivel de las anteriores. Fuera del pacto de la patronal con CVC, y con la salvedad de que se trata de uno de los pocos clubes y no sociedades anónimas que continúan en Primera división (junto a Osasuna y, curiosamente, los otros dos que no firmaron el acuerdo con el fondo inversor). En el pasado mercado invernal ya hizo encaje de bolillos para potenciar el plantel con números rojos, al tiempo que en esta ventana ya lleva gastados 103 millones de euros que se supone que no tenía o no podía invertir, ingresando solamente 20.

Los dirigentes culés lo han logrado de las dos únicas maneras posibles: consiguiendo ingresos extraordinarios en forma de traspasos o contratos publicitarios (como el de Spotify, que rebautizará el Camp Nou) y capitalizando otros ordinarios, en este caso a través de lo que se conoce en el argot empresarial como sociedad vehicular. En otras palabras, una especie de empresa que se crea 'ad hoc' para explotar un determinado producto y que se convierte en deudora de la financiación y perceptora de los flujos monetarios de caja que genere aquél. Un movimiento perfectamente legal al que no estamos acostumbrados en el fútbol, pero que ya estudian otras instituciones como el Atlético de Madrid o el propio Real Betis para no perder potencial malvendiendo jugadores y sí poder reforzarse antes del 'deadline', pospuesto en las cinco grandes Ligas hasta las 23:59 horas del próximo 1 de septiembre.

Hay que recordar que los verdiblancos, como la gran mayoría (37 de 42) de los miembros de LaLiga, contrajo el pacto denominado como Impulso, que supuso la inyección de casi 2.000 millones de euros (alrededor de un centenar hacia Heliópolis) a cambio de la cesión durante los próximo 50 años del 10% de su negocio audiovisual. Ahí, Ángel Haro no quiere entrar, como tampoco, según confesó el director general de negocio, Ramón Alarcón, recientemente en el cambio de nombre del Benito Villamarín, pues no se estaban ofreciendo cantidades que justificaran este polémico paso. La ampliación de capital sería una vía, pero no a tan corto plazo, pues haría falta una junta extraordinaria de accionistas para aprobarlo, con la mayoría de vacaciones y sin prácticamente margen de maniobra. Entonces, ¿en qué 'palancas' está pensando el Betis y cuál es la hoja de ruta que se piensa seguir en el mes y medio largo que resta?

Aparte de poner en valor ante LaLiga los réditos indirectos de otras operaciones con futbolistas, como las ventas del Barcelona de Junior Firpo al Leeds o Emerson al Tottenham (en la del hispano-dominicano hacia la Ciudad Condal no hay tal deuda de 9 millones de los culés con los verdiblancos, pues se utilizó un aval bancario para convertir ese montante en 'cash', así que a quien se le debe es a la entidad financiera), así como los bonus por los logros de Brasanac en Osasuna (permanencia en Primera) y de Feddal en el Sporting CP (títulos), en la planta noble del coliseo de La Palmera se estudian otras vías para capitalizar otros activos no relacionados con el negocio televisivo, tanto publicitarios como de ticketing o abonos, cediendo durante unos años su comercialización a terceros, así como préstamos a largo plazos con fondos de inversión. Todo se está analizando detenidamente ante la coyuntura actual para ver qué movimientos es conveniente realizar a partir de ahora sin hipotecar el futuro del club.

La 'operación salida' inevitable

Habrá salidas, entre otras cosas porque la plantilla tiene 'overbooking' (29 fichas profesionales, aunque Miranda, Rober y Rodri pueden seguir con dorsal del filial). Se busca destino, puntual o definitivo, para Loren y Lainez. De continuar finalmente Guido Rodríguez, también podría renovar y marcharse a préstamo Paul (una vía similar a la del mexicano), al tiempo que existe un compromiso moral con Bellerín de repatriarlo en cuanto las condiciones económicas sean mejores y si el Arsenal se ablanda. Antes, claro, habrá que inscribir a Luiz Henrique, Luiz Felipe y Willian José. Incluso, algunos de los que renovaron quedan fuera del tope salarial. De los que no ampliaron vinculación y acaban en 2023, se confía en reconducir la negociación con Bartra (lo que empujaría a Víctor Ruiz a la rampa de salida), pero no tanto con William Carvalho, por el que esperan ingresar entre 8 y 10 kilos... si lo convencen para cambiar de aires a un destino que le atraiga.

De momento, no hay ofertas atractivas por Álex Moreno (la situación de Montoya queda a expensas de que salga o no, para encajar igualmente a Bellerín, y de si se ficha un recambio por el zurdo o 'se juega' con la polivalencia de Sabaly), pero no se descarta ni mucho menos que llegue en agosto. La idea es no desprenderse de Guido, Canales, Fekir y Borja Iglesias, por los que tampoco se aguardan propuestas superiores a los 40 millones, que es el listón por debajo para estudiarlas. De haber alguna, se acometería la contratación del avanzado Aouar, improbable sin una gran venta (Carvalho aparte) incluso con otras 'palancas' activadas. En realidad, hay fichajes muy condicionados a operaciones 'gordas' y otros de menor inversión (se espera que Bellerín y Ceballos no requieran al final tanta) que sí serían factibles en una hipotética recta final del mercado más holgada.