Fernando Mateos4 min lecturaEl proyecto a medio-largo plazo del Betis pasa por tener una presencia cada vez más importante de canterano en la primera plantilla. Por ello, y por la posibilidad de obtener jugosas plusvalías en un futuro, el club verdiblanco se afana en reforzar sus escalafones inferiores con perlas de todo el país y del extranjero. Así, ya ha atado para el siguiente curso al basileño Joao Gabriel Fersura y a los colombianos Keimer Sandoval y Jhon Arcila, además de alcanzar un acuerdo con Sander Barrero, del Sabadell, y Ziyad Baha, la perla juvenil del Málaga, hijo del ex futbolista blanquiazul Nabil Baha.
Pero los movimientos no cesan. Ahora, el caladero escogido ha sido el Racing de Santander, de donde llegarán dos jóvenes futbolistas a los que se les presume un gran futuro. También ha existido interés por el defensa Telmo Peláez, de sólo 12 años, pero la Real Sociedad se ha adelantado al club verdiblanco y al Villarreal, el Real Madrid y el Atlético. Quienes sí llegarán a Heliópolis, en cambio, son Joseph Amunike, delantero de 13 años (nacido en 2011), y Álex Molina, mediapunta de 15 (nacido en 2009).
El segundo de ellos viene de cuajar una gran campaña en el Cadete B del conjunto cántabro, mientras que el apellido del primero resultará sin duda conocido para los aficionados al fútbol. No en vano, se trata del hijo de Emmanuel Amunike, ex jugador del FC Barcelona o del Albacete, así como de la selección de Nigeria. En su caso, Joseph nació en Cantabria, de donde es natural su madre, de ahí su segundo apellido (Alonso), por lo que ha representado a las selecciones sub 12 y sub 14 de dicha comunidad en los últimos campeonatos autonómicos, al igual que su hermano mayor, Matthew.
Su facilidad anotadora en las categorías inferiores del Racing ha colocado al vástago del ex azulgrana en el escaparate y el Betis ha logrado hacerse con sus servicios, como desvela Diario Montañés, que refleja así mismo el malestar reinante en el entorno del club santanderino, que se ve privado así de dos de sus mayores promesas, las cuales pondrán rumbo a la capital hispalense.
Tras colgar las botas, Amunike ha desarrollado una discreta carrera como entrenador, lo que no le ha impedido estar meses atrás en las quinielas para dirigir al combinado absoluto de su país, tras ser campeón del mundo con la sub 17 en 2015. Esto no le impide estar muy pendiente de la evolución de sus hijos, a los que no quiere presionar. "Es un orgullo tremendo que estén siguiendo la misma línea que yo como jugador. Tienen que saber que no te van a regalar nada. Hay que pelear y luchar. Aún son jóvenes y tienen derecho a equivocarse", aseguró al respecto en los medios de la RFEF. Joseph, por su parte, asegura tener la lección aprendida: "Me enseña mucho sobre fútbol, sobre todo que hay que pelear".