La prematura eliminación de Brasil en el Mundial de Qatar 2022 y el adiós de Tite nada más producirse su salida abrían la caja de los truenos en el entorno de la selección. Ni dos días tardó la prensa brasileña en apuntar a varios técnicos, mayoritariamente extranjeros, lo que obligó a la Confederación Brasileña de Fútbol a pedir tranquilidad y sacar un comunicado avisando que el proceso de selección de técnico no se analizaría hasta 2023.
Las tres primeras opciones fueron entrenadores de prestigio mundial, con contratos en activo: José Mourinho, Pep Guardiola y Carlo Ancelotti. Una baraja que encendió el debate en Brasil sobre si tendría que llegar un seleccionador foráneo o apostar por uno de la casa, como se ha hecho históricamente, ya que Brasil pocas veces ha estado dirigida por un técnico que no fuera brasileño.
“No hay que hacer un drama, como lo dije hace un año y medio. Hay otros grandes profesionales que me pueden sustituir. Puede haber elementos para analizar, pero el ciclo se acabó”, señalaba Tite en su despedida, apuntando en su caso a un colega de su país, lo que contrastaba con la opinión general de la prensa.
Mourinho apunta claramente a ser el próximo seleccionador portugués, compartiendo ese puesto con su trabajo en la Roma, y Guardiola ha renovado recientemente con el Manchester City y ha dejado claro que no pensaba moverse.
No obstante, por encima de estos aparecía el nombre de un Ancelotti que era muy bien visto, dado que guarda muy buena relación con algunos de los que serán los baluartes del futuro de la Canarinha (Vinicius, Rodrygo, Militao, Richarlison...) y se añadía una cuarta opción: el técnico del Real Betis, Manuel Pellegrini.
Por si había alguna duda sobre el futuro de Ancelotti, el técnico italiano dejo ayer muy claro que lo de Brasil es puro artificio. “No sé el futuro, pero estoy muy feliz en el Real Madrid. Tengo contrato hasta 2024 y si no me despiden, no me voy. Ya habrá tiempo para pensar en mi futuro...”, señalaba a la RAI.
Ni eso ha desalentado a la prensa brasileña, donde se asegura que el próximo seleccionador vendrá de fuera y, de los principales nombres, sólo se queda con Pellegrini, pese a que, como Ancelotti, tiene contrato en vigor hasta 2025 y, como siempre ha dicho, es muy respetuoso con lo que firma y lo cumple hasta el final.