El buen momento del Betis, con dos victorias consecutivas e instalado ya en la zona europea de la clasificación, tiene varios nombres propios. Sin duda, Lo Celso es el gran protagonista, por su doblete ante el Getafe y por el liderazgo mostrado sobre el campo. Pero otro de los destacados en el último choque, y en lo que va de temporada, es sin duda Ez Abde, que se ha convertido en un pilar para Pellegrini y en una de las mayores armas ofensivas del equipo gracias a su desborde.
Ante los vitorianos, el internacional marroquí gozó de varias ocasiones para anotar su segundo tanto en LaLiga (ya marcó ante el Leganés) y fue un peligro constante, respondiendo de ese modo a la confianza del técnico chileno. En lo que va de temporada ya ha disputado 466 minutos repartidos en 7 partidos, lo que supone más de la cuarta parte de todo el tiempo de juego del que dispuso la pasada campaña (1.639' en 38 encuentros).
Todo ello, a pesar de ser suplente en las dos primeras jornadas. Pero su partidazo en la vuela de la eliminatoria de la Conference League ante el Kryvbas ucraniano, con dos goles y una asistencia, le abrió de par en par las puertas del once, aferrándose con uñas y dientes al mismo.
El ex del Barça aterrizó hace dos veranos como un fichaje ilusionante que luego no respondió a las expectativas. Fue una temporada difícil en el plano personal e incluso se tanteó la posibilidad de que pudiera salir. Pero Abde siempre tuvo claro que su sitio estaba en Heliópolis. Apostó fuerte por quedarse y convencer al 'Ingeniero'. Trabajó duro durante sus vacaciones e incluso acortó las mismas para incorporarse al trabajo antes de hacer un paréntesis y disputar los Juegos Olímpicos, donde consiguió brillar y elevar su caché. Un esfuerzo del que ahora está obteniendo la recompensa.
Tras la marcha de Ayoze, el marroquí se ha hecho dueño de la banda izquierda, confirmando con su rendimiento que quiere ser un jugador importante esta temporada. En el Betis, por su parte, tanto Pellegrini como la dirección deportiva también tenían claro que esta podía ser la campaña de su confirmación tras una primera de adaptación. El hecho de que los azulgranas tengan el 50% de su pase tampoco invitaba a buscarle una salida, pues no habría sido sencillo recuperar los 7,5 millones de euros invertidos en su contratación. Pero el futuro se dibuja diferente. El extremo vuelve a ser un importante activo europeo y quien sabe si económico.