Desde su llegada a España en 2019, más concretamente al Atlético de Madrid, previo pago de más de 127 millones de euros al Benfica, Joao Félix ha vivido muchas vidas en una de sola. Nunca se terminó de acostumbrar a lo que le pedía el Cholo Simeone, y pese a que dejó momentos de gran nivel con los rojiblancos, la irregularidad, la apatía y el nulo esfuerzo por adaptarse a un estilo que no le favorecía, además de la losa que siempre cargó por su precio, le afectaron mucho. Después probó suerte en el Chelsea, donde estuvo cedido y también dejó destellos, pero una vez más no fue suficiente y volvió a Madrid, donde no llegó a jugar, ya que tras un verano repleto de polémicas salió de nuevo cedido al Barça, cumpliendo a los 24 años, el que siempre dijo que era el gran sueño de su vida.
En Barcelona arrancó a las mil maravillas, el estilo de Xavi le venía como anillo al dedo y el primer mes y medio fue la estrella culé, pero poco a poco se fue apagando, a la vez que caía el rendimiento grupal, tanto que volvió a ser el jugador residual que era en el Metropolitano. Acompañaba grandes momentos, como en la victoria ante el Betis, con días aciagos en los que restaba más que sumaba. Pese a ello, Xavi sigue confiando en él y dándole oportunidades, aunque la salida del egaresense en junio complican mucho su futuro en la Ciudad Condal.
La difusa situación económica reducen aún más las posibilidades y ahora mismo, independientemente de quién sea el próximo ocupante del banquillo, la directiva de Joan Laporta solo se plantea traer de vuelta al 'Menino de Oro' si el Atleti repite la fórmula de esta campaña, es decir, una cesión simple. En ningún momento se plantean un desembolso por el luso, que en los 30 partidos que ha disputado ha anotado 8 goles y repartido 5 asistencias, buenos números, pero insuficientes para justificar lo que costaría. Además de que tienen en su puesto a Ferrán Torres, que va a seguir, y a Ansu Fati, que regresa en junio de su cesión en Brighton, donde las lesiones no le han dejado brillar, pero ahora tendrá la oportunidad de hacerlo.
El club que preside Enrique Cerezo hizo un desembolso brutal al que es imposible que llegue nadie, pero entre las cesiones y lo que aportado, considerarían al jugador 'amortizado' si alguien les ofrece entre 70 y 80 kilos. Se trata de una cifra bastante grande y que en principio nadie alcanzaría, salvo una liga como la de Arabia Saudí, deseosa de talento joven.