José Antonio Rivero
"Quien quiera ensuciar la historia del club tendrá respuesta contundente", dijo Joan Laporta este martes en una rueda de prensa en la que no admitió preguntas y donde no explicó nada que aclarase el bochornoso 'caso Negreira'.
El fútbol español no es ni de lejos el mejor, por mucho que algunos insistan en ello. Como casi todo en nuestro país, el balompié también está podrido. Para muestra, todo lo que protagonizó el propio presidente de la RFEF hace bien poco y de lo que ya nadie parece acordarse, pero el escándalo ocurrido entre el Barça y Enríquez Negreira es mucho peor.
18 temporadas pagando al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) 'solo' por unos vídeos que costaron al club casi siete millones de euros. Laporta deberá entender que la sociedad sea escéptica con todo esto.
Gaspar, Laporta, Rosell y Bartomeu fueron los presidentes azulgranas que mantuvieron los pagos a Negreira. Unos pagos que, según el pensamiento generalizado, o buscaban adulterar la competición o eran parte de una extorsión, incluso puede que las dos cosas, pero que sin duda empezaron por la idea del club catalán de sacar algún rédito mayor que unos vídeos.
Todos los equipos de LaLiga, excepto el Real Madrid, ya han afirmado que lo ocurrido es "de máxima gravedad" y no les falta razón.
Claro que el Deportivo, por mucho que se queje ahora Lendoiro, no perdió la liga por Negreira, lo hizo por el penalti que falló Djukic, y el Barça de Guardiola ganó lo que ganó porque marcaron época con su juego, pero todo esto legitima las dudas y al famoso 'villarato' que tantas veces se escuchó por entonces.
Al final, esto vendrá a demostrar que el fútbol español, al igual que lo es España como país, no es justo ni equitativo, teniendo distintos derechos dependiendo de donde seas o vivas. Porque ante la inmoralidad y la falta de ética no hay sanción posible, por eso no es ninguna sorpresa que el Real Madrid no se adhiera al comunicado del resto de clubes de LaLiga y que Rubiales esté todavía callado.
Quienes han ensuciado la historia del Barça han sido cada uno de los dirigentes nombrados anteriormente, manchando la mejor etapa deportiva del club y dando motivos para dudar absolutamente de todo. Por eso Laporta, siendo fiel a lo que dijo este martes, debería dejar su cargo como presidente y dimitir, puesto que además tiene el dudoso honor de haber cuadruplicado el sueldo de Negreira.
Al final todo pasará, no ocurrirá nada y cada uno seguirá con lo suyo, porque si hay algo que puede con todo es la pelota, y nadie va a dejar de ver el fútbol o ir al estadio de su equipo pese a conocer que algunos juegan con ventaja, algo muy triste en la supuesta 'mejor liga del mundo'.