La vuelta de octavos de final de Champions es, tal y como ha catalogado Xavi Hernández, el "partido más importante de la temporada" del Fútbol Club Barcelona. El empate logrado en el Diego Maradona no es ninguna garantía y aunque el Nápoles viva un periodo convulso, es el actual campeón italiano y tiene una plantilla plagada de talento, pero no solo en el verde destaca, si no que además arrastra una de las aficiones más calientes del continente, por lo que en Barcelona están muy preocupados por la llegada de una multitud de 'tifosis' que tienen muchos intereses más allá del fútbol, por lo que han activado un "protocolo de seguridad y control" especial para aislar a la afición rival.
De cara al encuentro de este martes en el Lluis Companys, la entidad azulgrana ha puesto en marcha este protocolo que ya usó la temporada pasada para los partidos de alto riesgo. Y que se centra especialmente en la venta de entradas y la presencia en el estadio de los aficionados del equipo rival.Han hecho un llamamiento a todos los aficionados del conjunto napolitano que no dispongan de entrada para que eviten desplazarse a Montjuïc porque no tendrán la posibilidad de poder adquirir una localidad en las taquillas del estadio, ya que estarán cerradas. Solo podrán asistir los seguidores rivales que dispongan de una entrada con su nombre, que haya sido gestionada por el club italiano en la zona reservada para la afición visitante.
Incluso han bloqueado la venta de localidades en Italia por IP's y con tarjetas bancarias del país transalpino, además de incorporar una comunicación en la web del Barcelona durante el período de venta con un mensaje en el que se indica que la venta es únicamente para los aficionados de equipo español. Esto se suma a que el duelo ha sido declarado de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia, y la afición rival tiene prohibido realizar ningún tipo de actividad en la zona reservada a los seguidores locales y lucir vestimenta o ropa identificadora de su equipo fuera de la zona reservada para ellos.
Además de por el peligro que conlleva mezclar aficiones y que la rival sea muy numerosa, el club también quiere evitar el bochorno que vivió hace dos años, cuando en Europa League los aficionados del Eintrach de Frankfurt compraron muchas entradas de forma ilegal y el Camp Nou lució blanco, tanto que los alemanes (que les acabaron eliminando) se sintieron como en casa, lo que causó mucha polémica y dejó retratados a los blaugranas.