El FC Barcelona ha decidido que Julián Araujo forme parte de su plantilla a partir del próximo verano, tras su fructífera cesión a la UD Las Palmas (dos goles en 23 partidos). El californiano no necesitará siquiera que los culés liberen una plaza extracomunitaria, pues únicamente el brasileño Vitor Roque ocupa una de las tres permitidas, por utilizar su compatriota Raphinha el pasaporte italiano y Ronald Araujo, el español, pese a haber nacido y ser internacionales, respectivamente, con la 'verde-amarelha' y Uruguay. El notable nivel apuntado por el de Lompoc, que viste los colores de la selección mexicana pese a haberse formado en las inferiores de Estados Unidos y jugar un encuentro con la absoluta de la USMNT, permitirá a Joan Laporta ahorrarse el dineral que pide el Manchester City por la compra de Joao Cancelo, a préstamo como azulgrana, así como evitar cuestionables reubicaciones.
Sergi Roberto, que termina contrato y no reúne el consenso suficiente para recibir una ampliación hasta 2025, ha visto lastrado su desempeño últimamente por las lesiones. Movido desde la 'sala de máquinas' al lateral derecho, se ha visto relevado ahí con Xavi Hernández por Ronald Araujo y Jules Koundé, que prefieren volver al centro de la defensa, donde tampoco andas sobrados los azulgranas. Héctor Fort tiene aún 17 años y podría foguearse lejos de la Ciudad Condal, además de que su entrenador lo ha usado más a pierna cambiada para cubrir la lesión de Alejandro Balde que en su demarcación natural, mientras que Sergiño Dest no cuenta, por lo que en la entidad catalana cruzan los dedos para que el PSV Eindhoven, donde es indiscutible, ejecute la opción de compra recogida en su contrato, cifrada en unos diez millones de euros.
Julián Araujo, que firmó hace poco más de un año hasta el 30 de junio de 2026, no volverá a marcharse cedido ni vendido, sino que será miembro de pleno derecho del Barça, consciente de su feliz adaptación a LaLiga como auriazul y sus virtudes tanto defensivas como ofensivas. Su pase desde LA Galaxy costó cuatro millones de euros y, si bien se pensó que debía iniciarse en el filial azulgrana (tenía 21 años cuando llegó, ahora 22), se trata de una contratación con vistas al primer equipo, hasta el punto de que no se enfundaría ni una sola vez la camiseta del Barça Athletic, sino que aceptó una de las muchas peticiones que habían llegado para allanar su camino hacia la Primera división del fútbol español.