Rafael Mateos dejará de ser presidente del Xerez en breve. El empresario jerezano está
francamente hastiado de la situación que atraviesa un club insultantemente depresivo en todas sus parcelas, desde la deportiva (con el equipo colista y muy cerca de consumar su descenso a Segunda división B) hasta la institucional (con una deuda asfixiante, un embargo de Hacienda que mantiene a la plantilla sin cobrar y el evidente riesgo de desaparición), por lo que
está decidido a abandonar el sillón presidencial cuando tenga la ocasión de hablar cara a cara con Joaquín Morales -el empresario nazareno se encuentra en estos momentos en el extranjero- y presentarle formalmente su dimisión como presidente del Xerez.
El dirigente azulino
ya ha admitido públicamente con anterioridad su pesadumbre y desgaste por el cargo, sobre todo cuando la tesitura económica comenzó a ahogar a la entidad. Ahora, incapaz de hacer frente al declive del club y cansado por las constantes negativas del Ayuntamiento,
la gota que ha colmado el vaso ha sido el descontento mayúsculo de la afición ante una gestión que consideran pésima en muchos sentidos.
No obstante, muy a pesar de que su argumento para marcharse se excuse única y exclusivamente en el disgusto de la masa social xerecista,
Rafael Mateos no quiere marcharse sin antes intentar solucionar el problema con Hacienda. Es la verdadera razón por la que aún sigue al frente ya que empleará su último aliento en lograr una financiación para desbloquear la situación y así levantar el embargo de Hacienda.
En cualquier caso, su inminente adiós deja en una tesitura más que comprometida
a Joaquín Morales pues al empresario de Dos Hermanas sólo le quedaba Mateos como hombre fuerte en la gestión del club, por lo que
se le presenta un problema de suma importancia a la hora de reemplazarle -si el club sigue existiendo en las próximas fechas, claro está-. De hecho, Joaquín Morales incluso le ofreció su paquete accionarial, pero el jerezano rechazó esta propuesta.
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