La decisión final de
David Silva, que parecía muy simple, va camino de culebrón.
La Lazio lo daba por hecho con una oferta sólo al alcance en España de los tres poderosos (un contrato de
tres años y cuatro millones de euros netos por temporada más bonificaciones), con la que
no tenía ni tiene ninguna opción el
Real Betis de competir. Pero el OK no llega y se han puesto nerviosos.
"Alta tensión", titulaba hoy en portada El Corriere dello Sport. En la Lazio se temen una espantada y han dado de plazo hasta el domingo para que conteste el mediapunta y su hermano-agente, que ha visitado Roma en varias ocasiones y se ha reunido con Igli Tare, director deportivo del club romano.
Las dos opciones que barajan desde Italia es que
Silva se esté pensando una oferta inferior de España, donde Valencia y Betis eran los más interesados, para regresar a LaLiga
o que la oferta superior que se había deslizado de los
Emiratos Árabes Unidos sea cierta y el canario se decante por ella.
Pese a ese clima de incertidumbre, allí mantienen el optimismo y esperan que Simone Inzaghi pueda contar con él en las próximas semanas.