Tardó cinco meses en encontrar un proyecto que le convenciera, descartando propuestas en Europa, su primera opción, pese a las intentonas desde la Segunda división española, así como de Turquía, la Ligue 1 y alguna Liga exótica. Esperó hasta enero, pero, después de sopesarlo muy bien con su familia, Sidnei Rechel (32) decidió volver a casa. No al Internacional de Porto Alegre, club que le tanteó, pero que no terminaba de apostar en serio por su repatriación. Al de Alegrete le hacía cierta ilusión, pues se formó allí antes de dar el salto al Benfica en 2008 para iniciar su aventura en el Viejo Continente, si bien se dejó seducir por un Cruzeiro prácticamente en la ruina, confiado en que la llegada a la directiva de Ronaldo Nazario da Lima reflotara al histórico club de Belo Horizonte.
Pero, después de dos encuentros del Campeonato Mineiro, el segundo de ellos ya como capitán, comenzaron los problemas. El otrora gran delantero brasileño, que controla aquí el Valladolid, anunció medidas impopulares para sacar a los albiazules de su crisis, desistiendo luego de la compra por una deuda desconocida con Hacienda por valor de 40 millones de euros. Esta inestabilidad hizo también imposible la permanencia de Sidnei, que atendió otras propuestas ante su deseo de volver a disputar el Brasileirao. La Série A en el país suramericano arranca el próximo 10 de abril, por lo que no había tiempo que perder.
De esta forma, el ex del Betis se ha comprometido hasta final de año (de temporada también, según los ciclos en su tierra) con el modesto Goiás EC, donde será el jugador más conocido y el de mayor valor de mercado. El defensor tiene el reto de aportar veteranía y calidad a un recién ascendido desde la Série B, afincado en el céntrico estado homómino, en concreto en su capital, Goiania. De hecho, como todavía no tiene la capacidad y las infraestructuras exigidas por la CBF para acoger encuentros de la elite, Sidnei y sus compañeros deberán mudarse del habitual y coqueto Estadio Hailé Pinheiro, que se reformará en cuanto haya una continuidad en la Primera división brasileña, por el imponente Estadio Serra Dourada, con cinco veces más aforo.
Una ocasión para volver a tener las sensaciones que le faltan al central desde hace meses, pues su última campaña como heliopolitano no tuvo los minutos que habría deseado, al tiempo que su presencia en un 'grande' de su país ha durado un santiamén. Sidnei, positivo y con confianza en sus virtudes, ha estado ejercitándose en los meses 'muertos' entre club y club con un preparador personal para estar a punto cuando llegase la oportunidad.