Se quedó a las puertas de
regresar a la que fue y considera su
casa el pasado mes de
agosto, cuando las apreturas
salariales, la negativa de los
descartes a marcharse y la prioritaria negociación por
Bellerín ante la grave lesión de Sabaly condicionaron el margen de maniobra de un
Real Betis que, negando la mayor (léase que todo estaba acordado con él y el
Real Madrid para una cesión con opción de compra que se convertiría en obligación según el rendimiento), sí admitía ya públicamente que "
más pronto que tarde" se cruzarían de nuevo los caminos de
Dani Ceballos y el club de sus amores. A las puertas de Navidad,
Ángel Haro descartaba que el utrerano estuviese entre los posibles objetivos invernales, sobre todo porque no habría movimientos en la ventana recién abrochada, aunque abría de par en par las puertas de un retorno que, por cómo se fue, parecía
imposible o, como poco, muy lejano.
"Se trata de un gran jugador que no voy a
descubrir. Él manifiesta que tiene ese
sentimiento verdiblanco, lo que es algo muy bonito. Salió de aquí de forma
precipitada, porque nos habría gustado retenerlo algún tiempo más. Pero creo que éste no es el mercado donde abordaremos la contratación de Dani. Quedan mercados en un futuro próximo en los que,
seguramente, mantendremos conversaciones", zanjaba el presidente heliopolitano. Y hablaba del
verano de 2022, obviamente, puesto que el mediocampista afrontaría su última temporada como madridista y, por ende, la ventana definitiva para que, de no
renovar, los blancos pudieran recuperar su inversión (en torno a
15 millones de euros en un único pago, asumiendo la cláusula y las comisiones, y
1,5 en especie, contando con el pase de Narváez). Se entiende que la sartén dentro de cinco meses no la tendrá Florentino, sino el Betis y el propio Ceballos.
Con todo, los
movimientos en La Palmera no invitan a pensar en huecos importantes en la parcela ancha para hacer sitio al canterano verdiblanco, sino más bien a un aumento de la competencia en pos de afrontar, previsiblemente, un mínimo de tres competiciones otra vez.
Canales y Rodri han ampliado contrato,
Guardado renovará en breve por una campaña más, al tiempo que la idea es retener (y blindar, si fuera posible) a
Guido Rodríguez y William Carvalho. Encima, está atado a coste cero el aún cadista
Álex Fernández, por lo que sólo
Paul parece prescindible por dentro. De cualquier forma, tanto los técnicos como los directivos en la planta noble del Benito Villamarín coinciden en la conveniencia de acometer esta contratación para la 22/23.
Y Ceballos está
de acuerdo. De hecho, esta semana apunta 'Ser Deportivos' que el suncampeón olímpico ha terminado de convencerse viendo el trato que recibe por parte de
Carlo Ancelotti, por lo que únicamente una marcha del míster italiano podría hacerle reconsiderar lo que se trata de una decisión
firme. El italiano dio ánimos públicamente a Dani, prometiéndole minutos y comprendiendo luego su enfado con el
ostracismo al que le condenó, si bien no ha dado marcha atrás, ofreciéndole apenas alguna oportunidad
testimonial durante los minutos de la basura. Si 'Carletto' sigue, lo cual es bastante probable, el jugador apretará para volver a vestir de verdiblanco cuanto antes y recuperar
sensaciones, dejando claro que es el destino al que quiere dirigirse.