No estuvo precisamente bien ante el
Granada, el último equipo ante el que había rebasado los
45 minutos. Más de un mes después,
Manuel Pellegrini, en aras de la dosificación (son tres partidos en seis días), devolvía la titularidad a
William Carvalho, que había desaprovechado la oportunidad en
Elche y que tampoco se ganó el puesto el pasado lunes. Arrancó el luso-angoleño errático, fallando pases sencillos, pasándose de
potencia en unos
cambios de orientación otrora milimétricos y llegando tarde a los
cruces, como el de la fotografía adjunta, cuando bien pudo ver la quinta amarilla del ciclo por
arrollar a un contrario. No fue así.
Además, el mediocentro se fue entonando con el paso de los minutos, yendo a los fácil y entendiéndose mejor con Guido, Canales y compañía, si bien no estará en
Eibar. Ni siquiera en el banquillo. Ausente de la citación por
motivos personales, el ex del Sporting Clube no parece que vaya a enmendar al final una temporada de vaivenes que empezó en todo lo alto, siendo fijo para el míster chileno y marcando dos goles ante
Valladolid y Real Madrid, pero que fue decayendo conforme se multiplicaban los rumores sobre su marcha, cerca de las
ventanas de transferencia.
Su
irregularidad y bajo
rendimiento le ha costado salir de los planes del seleccionador portugués, Fernando Santos, a las puertas de la Eurocopa (
aunque el aumento a 26 de las plazas le abre una vía), una pésima noticia para él y para el
Betis, que confiaba en una revalorización este verano que le permitiera granjearle una venta que beneficiaría doblemente: los verdiblancos se ahorrarían el segundo suelto más alto de la plantilla (
2,5 millones de euros netos) y, si se alcanza la veintena de kilos, también enjugarían la
inversión realizada y harían frente a las próximas amortizaciones de su contratación. Seguramente no fuera suficiente para
cuadrar las cuentas y el tope salarial, pero significaría un gran paso.
Junto con el de otros con más peso (
Guido Rodríguez) o similar (
Loren) pero que generían una plusvalía mejor, William Carvalho está señalado para solucionar las
dificultades económicas derivadas de la crisis sanitaria. Aunque, si su propia impericia sobre el campo le está restando opciones de salir por unos números
razonables, las alternativas que manejaba se van esfumando poco a poco. El propio centrocampista abortó la intentona invernal del
Benfica, dispuesto a apostar por él pese a todo, aunque no a subir de los dos kilos netos anuales, su listón en la actualidad. La rivalidad entre encarnados y leones le hizo declinar la propuesta, por lo que se cerró una de las pocas
puertas entreabiertas, ya que el '14' ha perdido bastante
caché.
También le quedaba Gran Bretaña, con
Leicester y Wolves atentos a su futuro, aunque no se antoja factible que sigan siendo posibles destinos de Carvalho este verano. Así, Radio Montecarlo y otros medios italianos e ingleses confirman el acuerdo entre los 'Foxes' y
Boubakary Soumaré, prometedor medio de cierre del
Lille, que también pretendía el Benfica como alternativa a William. El cuadro azulino, que tiene la
Champions a tiro vía Premier, habrí trasladado ya al cuadro galo una primera propuesta de
25 millones de euros, si bien el acuerdo podría aproximarse a los
30 con pluses. El Leicester habría decidido hacer un esfuerzo mayor que el que le costaría reclutar al bético por un jugador
al alza y más joven (22), aunque habría
otro club inglés apretando para llevarse el gato al agua.