Cruza los dedos el
Betis para que
William Carvalho acabe recuperando su estatus en la selección de Portugal y participe en la próxima
Eurocopa, pues entiende que se trata de la última opción de revalorización del un centrocampista que está viviendo su '
annus horribilis' en este 2021. Una sola titularidad, en
Elche y sustituido al descanso antes de que acabara siendo expulsado, y unos cuantos ratitos para el ex del
Sporting Clube, que no ha vuelto a ser el mismo de principios de curso, cuando era fijo para
Pellegrini junto a
Guido Rodríguez en el eje de la medular, marcando goles y ofreciendo unas prestaciones más cercanas a lo que se espera de él.
Su lesión en
Granada dio paso a un ostracismo lógico del que no ha salido por su propio rendimiento, lo que impidió, junto a su negativa a firmar por el
Benfica (enemigo histórico del club de sus amores), una salida invernal y está complicando mucho las opciones verdiblancas de recuperar lo invertido en 2016. Piden
Haro y Catalán, al menos, los
20 millones (16+4) desembolsados por el luso-angoleño, que tiene el segundo sueldo más alto de la plantilla (
2,5 kilos netos) y que se presenta como la vía preferida para hacer caja, reducir masa salarial y, de paso, equilibrar las cuentas.
En los últimos días, junto a los sempiternos
Leicester y Wolverhampton, apareció en escena el
Inter, que siempre vio con muy buenos ojos a Carvalho. Desde Italia apuntaban unos trueques impensables en la actual tesitura, cuando interesa más el ahorro que reforzarse, por lo que el Betis ni se plantea que el '14' deje su sitio a
Joao Mario, Sensi o Arturo Vidal (enemistado con
Bravo, por si fuera poco problema su altísima ficha). Con todo, la vía 'neroazzurra' podría quedar despejada y cobrar fuerza. Y es que, según ha podido saber ESTADIO, el interés de los lombardos por William (que este miércoles cumplió 29 años) es real, aunque ahora mismo no podrían formular una oferta que satisfaga a los verdiblancos.
La idea interista sería apurar los
plazos para ver si en Heliópolis se ponen
nerviosos y acceden a una cesión con
opción de compra, que en la planta noble del Benito Villamarín, llegado el caso, tratarían de convertir en
obligación, al menos bajo ciertos condicionantes. Con todo,
Piero Ausilio tratará de hacer caja con algunas salidas para, si la situación se enquista, tratar de convencer al Betis con un traspaso algo menor de los 20 millones o remunerando el
préstamo para hacer la operación más atractiva. Su carta sería un principio de
acuerdo económico con Carvalho que, por ahora, parece solamente una intención y no una realidad concreta.