Marta Kostyuk, número 16 del ranking WTA y ganadora del ATX Open en 2023, es noticia por su posado para la revista Vogue antes de empezar a competir en Wimbledon, tercer Grand Slam de la temporada.
La tenista ucraniana de 21 años forma parte de un reportaje publicado en la edición de la citada revista en Ucrania, en el cual destacan a "atletas legendarios y nuevas estrellas del deporte nacional" en vista a los próximos Juegos Olímpicos y Juegos Paralímpicos de 2024.
"Kostyuk es una nueva estrella del tenis ucraniano en la que se depositan grandes esperanzas", indican en Vogue, donde la joven tenista posa en topless.
Hay que recordar que Marta Kostyuk alcanzó una gran notoriedad cuando se negó a darle la mano a jugadoras rusas y bielorrusas desde que comenzó la guerra en Ucrania. Un gesto que hizo en grandes torneos como el US Open. "Esto no cambia nada. Hay un montón de cosas que hace la WTA con las que yo no estoy de acuerdo. Diga lo que diga me odiarán más y más en las redes sociales. No puedo hablar del 'warning', simplemente me hace gracia", dijo Kostyuk el año pasado tras la amonestación que recibió la tenista rusa Anastasia Potapova por salir a disputar un partido en Indian Wells con la camiseta del Spartak de Moscú.
El torneo con más historia del tenis mundial arranca este lunes 1 de julio. Un Gran Slam muy peculiar, con muchas normas y tradiciones bastante estrictas e incluso antiguas.
El All England Club donde se disputa Wimbledon siempre ha sido muy estricto con el código de vestimenta de los tenistas, a los que obliga a jugar de blanco. Algunos ejemplos de esta norma son la amonestación a Roger Federer en 2013 porque sus zapatillas blancas tenían una raya naranja en las suelas, o la advertencia que se llevó Marc López en 2014 por parte de la jueza de silla, quien le indicó que se tenía que cambiar la ropa interior porque era demasiada oscura y se transparentaba en el pantalón blanco.
Esto no es todo, puesto que Genie Bouchard fue multada en 2018 porque en un momento del juego se le vio un tirante negro de su sujetador bajo el top blanco que llevaba. La canadiense se reveló como pudo al año siguiente, entrenando con un mono completamente negro y ajustado, indumentaria ilegal y con la que no pudo disputar ni un partido.
Pese a todo, a Wimbledon no le ha quedado más remedio que adaptarse y desde 2023 las tenistas pueden usar ropa interior oscura. "Esperamos que este ajuste de la norma ayude a las jugadoras a concentrarse únicamente en su desempeño al aliviar una fuente potencial de ansiedad", dijo Sally Bolton, directora ejecutiva del All England Club.
Años atrás, la campeona olímpica Mónica Puig había protestado por lo "estresante" que era para las tenistas convivir con la menstruación y el blanco impoluto con el que había que jugar en Wimbledon.