José Antonio Rivero4 min lecturaEl acoso cibernético sigue siendo un flagelo persistente en la era digital, y las figuras públicas, como la futbolista Jenni Hermoso, no están exentas de enfrentarlo. Aunque el revuelo por el incidente del beso de Luis Rubiales en la final del Mundial ha disminuido con el tiempo, Hermoso continúa siendo blanco de insultos y maltratos en las redes sociales, como ha denunciado recientemente.
En una serie de publicaciones en sus historias de Instagram, la destacada jugadora, ahora compitiendo en el Tigres de la UANL en México, compartió los perturbadores insultos que recibió de un usuario anónimo. En un audio, el individuo arremetió contra ella de manera despiadada, llegando incluso a llamarla "asesina".
"¡Puta, que ni con un palo te toco! No vaya a ser que denuncies, ¡hija de puta! Trozo de cuello, los iluminatis te han comido bien la cabeza, ¡trozo de mierda! Drogadicta, ¡hija de puta!...", se escucha al hombre expresar con odio en el audio compartido.
En su declaración de denuncia, la campeona mundial adoptó un tono irónico para resaltar el acoso que enfrenta: "Por supuesto que no, no hay nada que cambiar en esta sociedad".
La valiente postura de Hermoso al denunciar públicamente el acoso cibernético mereció una amplia muestra de solidaridad y apoyo por parte de sus seguidores y colegas del mundo del fútbol. Muchos expresaron su indignación por los ataques que enfrentó y brindaron palabras de aliento en las redes sociales, con hashtags como #RespectJenni (Respeten a Jenni) y #StopCyberBullying (Detengan el Ciberacoso) ganando tracción rápidamente.
El caso de Jenni Hermoso resalta la urgencia de abordar el problema del acoso cibernético y la necesidad de medidas más efectivas para prevenirlo y enfrentarlo. El apoyo y la solidaridad mostrados hacia Hermoso refuerzan la importancia de crear conciencia sobre el impacto devastador del ciberacoso y la necesidad de trabajar juntos para construir un entorno en línea más seguro y respetuoso para todos.
No obstante, Hermoso también quiso brindar tranquilidad a sus seguidores, compartiendo un mensaje sobre su estado emocional: "¡Ey! Todo está bien. Solo quería mostrar las almas vacías que siguen insistiendo en hacer daño. Por supuesto, esto solo me llena de más orgullo".
A pesar de las dificultades, la respuesta de Jenni Hermoso también es un testimonio de empoderamiento y resiliencia. Su valiente acto de denunciar el acoso no solo destaca su fuerza personal, sino que también envía un mensaje poderoso de que no tolerará el odio y la intimidación en ninguna forma. Es un recordatorio inspirador de la importancia de defenderse y alzar la voz contra la injusticia.
En última instancia, el caso de Jenni Hermoso subraya la necesidad continua de trabajar juntos para crear un mundo en línea donde todos puedan sentirse seguros y respetados, libres del miedo y el odio que genera el acoso cibernético.