Carlos Pérez, intermediario por la RFEF y otrora periodista de
ESTADIO Deportivo, analiza cómo ha sido la que considera como
"la ventana de transferencias más complicada de la historia" y, en particular, los movimientos de los clubes hispalenses.
De periodista a intermediario. ¿Le ha resultado complicado el cambio?Ha sido una transición suave. Al fin y al cabo, yo ya había colaborado con distintas agencias de representación, principalmente como scout, y en ED trataba a diario con agentes, directores deportivos y jugadores, tal y como hago ahora. Me siento periodista y lo seguiré siendo toda la vida, pero me he dado cuenta de que fue el fútbol el que me llevó al periodismo y, ahora, a la intermediación, aunque a mí me atrae bastante más el juego que el negocio, sinceramente.
Al final, se trata de manejar mucha información, ¿verdad?Exactamente. De hecho, ahora la información que manejo respecto al mercado es aún mayor que cuando me dedicaba a destaparla, pero aquí ser discreto resulta indispensable. De no ser así, se perjudica a todas las partes: a uno mismo, porque te pueden pisar la operación; al club, porque se le puede encarecer la misma, de entrar otro interesado en escena; y hasta al que va a vender, al conocer el resto que va a disponer de más dinero€ Hay quienes filtran información, verídica o no, que con eso tiene que lidiar el periodista, para presionar a alguno de los implicados, pero yo lo considero innecesario. Más bien, perjudicial, pues al final se termina haciendo operaciones únicamente con quien mantienes una relación de confianza.
¿Y cómo valora el mercado que acaba de cerrar, en general?Como tremendamente sujeto, pese al efectismo generado por el cambio de equipo de varios jugadores top, de los que acaparan titulares, y de la locura final, que no hace sino demostrar que algunos sólo podían fichar si aprovechaban la necesidad de otros. Se ha sumado que había Eurocopa, Copa América y Juegos Olímpicos, torneos que suelen frenar ya de por sí el mercado, con la crisis general y las restricciones impuestas por LaLiga a los clubes españoles para que no se endeudaran, con lo que ha habido muchísima más oferta que demanda. En España, salvo contadas excepciones, se ha arriesgado poco, primando el producto nacional y el 'más vale malo conocido€'.
¿Una de esas excepciones es Monchi?Desde luego. Su conocimiento del mercado es tan vasto que no sólo da con el jugador cuyas características le encajan al entrenador de turno para que éste pueda desarrollar mejor su idea de juego, clave para el buen funcionamiento del equipo, sino también a un coste mucho menor del que marcan sus respectivos valores de mercado, ya que aprovecha, como ha hecho en diferentes ocasiones este verano, que el final de sus contratos están cercanos. Ha obtenido bastante rédito de una venta, la de Bryan Gil, que no estaba prevista, porque las previstas no se han dado, y ha resultado a la postre muy necesaria para tener 'cash' cuando todos lo buscaban hasta debajo de las piedras.
¿Y el Betis?Ha tenido que hacer encaje de bolillos, igualmente, aunque en su caso sin ingresar apenas nada por ventas. Es difícil sacar jugadores con contratos de los de antes, porque ya no se pagan las mismas cantidades y se niegan a perder dinero en un cambio de aires. Por ello, para agentes y directores deportivos, ha sido un verano para agudizar especialmente el ingenio. Rui Silva, Sabaly, Pezzella, Willian José y, el bien rematado Bellerín, son buenos refuerzos, sin duda. Si la plantilla se acaba quedando corta o no, lo dirá el tiempo, pero las coyunturas de crisis también lo son de oportunidad para las canteras y la del Betis viene empujando fuerte.
¿Qué posiciones han sido las más demandadas?Delanteros, como toda la vida, porque el gol es escaso y, por ende, caro; centrales, dado que ya son un elemento clave del juego en su iniciación; y extremos, pues son muchos los que se han reconvertido a laterales o carrileros. En parte, debido a que el 3-5-2 se ha puesto de moda; en parte, a que ahora se buscan laterales con mucho vuelo, para generar con los extremos superioridad por dentro. Sin embargo, sobre todo el extremo que es veloz y tiene uno contra uno, es necesario aunque sea como recurso, por lo que ese perfil sí se ha demandado, sin haber demasiados... Es, seguramente, otro motivo por el que el Sevilla FC le ha podido sacar tanto a Bryan Gil, que tiene eso. Ese cantidad de dinero y Lamela, otro talento dormido al que Monchi despierta, es un movimiento excelente que le ha permitido moverse con algo de soltura en un mercado atípico y, pese al efectismo del cierre, inmovilista.
¿Con qué se queda de su labor como intermediario?Es un mundo en el que, al moverse dinero, las mentiras y el honor valen muy poco para algunos€ pero, por esa misma razón, estoy de enhorabuena por haber podido conectar con una red de socios en distintos puntos del planeta que aúnan competitividad y lealtad. En cuanto a operaciones, me quedaría con las de Lumor, al Aris de Salónica; Koziello, al KV Oostende; y Salih Husic, al CF Intercity, pues eran complicadas y, pese a ello, pudimos conseguir que todas las partes acabaran satisfechas, que es de lo que se trata.