Se aventuraba marejada antes de que llegase y, una vez se ha confirmado, el problema es mayor de lo que se pensaba. Todo hacía indicar que con la llegada de Gianluigi Donnarumma al PSG, Keylor Navas pediría la salida al tiempo que Sergio Rico se mantendría peleando como suplente. Pero la realidad es muy diferente. Al menos por ahora. Mauricio Pochettino quiere contar con el costarricense y quiere darle protagonismo al joven valor galo Lucas Lavallée, lo que deja sin sitio al meta sevillano, que firmó la pasada campaña un contrato de cuatro años con el subcampeón de la Ligue 1.
Pero en el afán del nuevo rico de que no se le escape nadie y con las facilidades que le está dando la UEFA para fichar, que se verán acentuadas por su apoyo en todo el lío de la Superliga, el PSG se encuentra en estos momentos con hasta ocho porteros en nómina.
A los cuatro señalados hay que añadir un Alphonse Aréola, que regresa tras su cesión, como también lo hace el polaco Marcin Bulka, que jugó en el Cartagena; y también están Denis Franchi y Garissone Innocent. Una locura.
Con tres años más de contrato, Sergio Rico espera a ver cómo evoluociona el panorama. Si Keylor no se va, le tocará, como poco, ser tercer portero y no rascar bola en toda la temporada. Y eso sería en el mejor de los casos. Le espera otro verano de incertidumbre.
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