Estaba en todas las
quinielas para partir, de nuevo, desde el inicio este domingo (14:00 horas) en el
José Zorrilla de Valladolid. Desequilibrante, alterador, generador de sorpresa,
Diego Lainez fue de los mejores en verdiblanco durante la visita del fin de semana anterior a
Valdebebas, desesperando, especialmente en la segunda mitad, a una zaga madridista que sudó para atar en corto al extremo, hasta el punto de que
Zidane optó por cambiar el sistema a una defensa de tres (o de cinco, según se mire) para frenar las incursiones del mexicano, que se asoció bien con Canales y sus compañeros de banda derecha para buscar las cosquillas a
Nacho, primero, y
Marcelo, después.
Con nota alta se marchaba el ex de América a los
80 minutos de encuentro. Una circunstancia meritoria, habida cuenta de que no está siendo una campaña fácil para él. De hecho, desde que aterrizara en Heliópolis en enero de 2019, al '20' le está costando un mundo
convencer al entrenador de turno (
Setién, Rubi y, ahora, Pellegrini) de que no es solamente un
revulsivo, un recurso para dinamitar los compases finales de un encuentro, sino que es capaz de ser más regular en su rendimiento, de desaparecer menos y echar una mano a
Emerson en la resta, de aparcar el
individualismo y de decidir mejor en los
contragolpes, que idea y traza casi siempre de manera notable.
Su primera vuelta de la
20/21 fue, como de costumbre, parca en minutos, aunque Lainez se perdió sólo tres convocatorias (jornadas 3, 4 y 5) por unos
problemas gástricos que no acabaron de remitir. A partir de entonces, su participación fue en aumento, sobre todo con el cambio de año y con el primer derbi como cénit. Únicamente el
coronavirus (jornadas 21, 22 y 23) ha sido capaz de quitarle la titularidad, pues se entiende que sus secuelas le dejaron por detrás en ritmo de sus compañeros. Un nuevo
ostracismo que Lainez ha aprovechado para aumentar su masa
muscular y, en principio, minimizar la influencia de las entradas en su
estabilidad.
Entró y salió de las alineaciones hasta la cita con el Madrid, que tenía toda la pinta de ser una
reválida definitiva para el atacante, la gran ausencia de la lista de convocados para el encuentro ante el
Valladolid. Aparte de los lesionados de larga duración
Dani Martín y Camarasa, amén de los retornos del habilitado
Fekir y el recuperado
Tello, sobresalía la baja del mexicano, pues
Montoya, otro tocado, apenas está contando este curso para Pellegrini. La falta de un parte médico oficial hizo dispararse las alarmas, hasta el punto de que hubo quien filtró que Lainez había vuelto a infectarse de
Covid-19, una opción improbable pero posible para aquéllos que han pasado la enfermedad.
Sin embargo, no es el caso. La joven perla azteca sufre unas
molestias de tobillo que no remitieron a tiempo en las últimas sesiones de la semana, por lo que el míster ha decidido no forzarle. Máxime cuando hasta seis compañeros (Mandi, Canales, William Carvalho, Fekir, Miranda y Guido Rodríguez) están al borde de la
suspensión por tarjetas, por lo que toda la plantilla será necesaria en la recta final, como ocurriera en enero, cuando nueve ausencias obligaron al 'Ingeniero' a
revolucionar su once, un giro que tomó visos de continuidad por el buen resultado. Se espera que Lainez pueda jugar ya la próxima jornada contra el
Granada.