Brutal partido en
San Pablo, en el que el
Betis ilusionó a su público, en el que los de Segura dieron la cara ante el equipo de las estrellas, en el que el equipo verdiblanco luchó hasta el final, pero en el que la enorme calidad blaugrana acabaría imponiéndose.
El festival anotador igualó en 36 el
récord de triples de la historia de la
ACB (18 de 35 para ambos) y los rebotes permitieron más opciones de tiro para el equipo local, pero los tiros libres, como en Málaga, fueron los que al final decantaron la balanza. Ni siquiera el partidazo de MVP de
Obi (24 puntos, 5 rebotes, 2 asistencias, 2 recuperaciones y 31 de valoración) fue suficiente.
Se hablaba mucho de que el
Barça estaría cansado tras jugar hace poco más de 36 horas un duro partido en Lituania y haber tenido que afrontar un largo viaje de regreso y otro hacia Sevilla. Sin embargo, el que parecía sin fuelle de salida era el
Betis ante un rival empeñado en romper el partido desde el arranque. Con Smits acertado y
Mirotic y
Tomic dominando la zona, a los tres minutos presidía un 0-12 que auguraba paliza.
El Betis no sólo no era capaz de parar en
defensa a sus rivales, algo lógico dado el enorme talento de los mismos, pero es que en ataque no encontraba
soluciones. Lo había intentado por dentro y se habían llevado dos tapones, el Barça le había cerrado todas las líneas de pase en esos primeros minutos y ni siquiera la mayor contundencia atrás había frenado a los blaugranas.
Con ese 0-12,
Segura movió ficha. Había que jugársela desde el
triple. Entraron
Whittington y
KC Rivers, y empezó a plantear ataques con cinco 'tiradores' abiertos. Y todo cambió. O al menos, le sirvió para lograr un pacial de 14-2 que igualó el partido y, luego, puso al Betis, por primera y única vez por delante (18-16).
Hasta tres jugadores participaron en la
fiesta que se 'celebraba' más allá de los 6,75. Liderados por
Slaughter, que encadenó dos espectaculares, ayudados por el muy entonado KC y por
Sipahi, el Betis se metió en el partido.
El Barça reaccionó, tiene miembres de sobra para ello, y sus exteriores comenzaron a producir. En especial Delaney. El 'sustituto' de
Huertel logró lo que
Hanga no había conseguido y devolvió el mando al Barça.
El 23-28 con el que se llegaba al final del primer cuarto auguraba un marcador de
escándalo, pero todo cambió en el segundo cuarto. Las defensas empezaron a producir, el Barça rotó y tuvo muchos minutos sentados a Mirotic y Tomic, el Betis se esforzó en el rebote y no se vio tan superado como en otras ocasiones (12-16 al descanso), y el partido se convirtió en un intercambio de canastas, en las que el Barça conservaba una corta pero constante ventaja y el Betis luchaba por mantenerse en el partido.
Así se llegó al
descanso con un 45-48 que daba esperanzas a un Betis que había sabido jugar sus bazas y que, pese al gran porcentaje de acierto rival, sólo estaba a tres puntos.
Pesic no estaba contento con lo que estaba viendo y no quería desgastar más a los suyos ante un previsible final igualado.
Y su equipo volvió a salir con una marcha más en el arranque del tercer cuarto, en el que el Betis repetía los mismos errores de inicio y aunque reaccionó antes, pronto se encontró con la máxima ventaja en contra (50-63) que había tenido hasta el momento.
Higgins, con un pleno desde el triple, cogía el relevo de
Delaney, Mirotic hacía lo que quería y donde quería, y ayudaba a sus compañeros, que, además, estaban defendiendo con una intensidad que no se había visto hasta ese momento.
Nada parecía frenar la sangría... hasta que apareció
Obi. Tres triples del nigeriano-estadounidense casi consecutivos devolvieron la diferencia a cuatro puntos (63-67) y aunque, de ahí al final, el Barça alargó de nuevo desde el perímetro la diferencia hasta los nueve puntos (69-78), no daba la sensación de que el partido estuviera cerrado.
El festival del tercer cuarto (30-24) había beneficiado al que tenía más calidad en todas las zonas, pero a cambio había exprimido los minutos de sus mejores hombres, especialmente de un Mirotic y un Tomic que lo habían jugado casi todo.
El Betis, más intenso en otras ocasiones y dominando por primera vez el
rebote (31-28 para el equipo local), lo supo aprovechar para devolver la emoción hasta el final. Slaughter, KC Rivers y un espectacular Obi acercaban poco a poco a su equipo, pero
Higgins (24 puntos) y Mirotic (19 puntos) se encargaban de frustrar la ilusión local, que veía cómo las diferencias se encogían y alejaban entre los cuatro y los nueve puntos, pero nunca se alcanzaba la 'orilla'.
A falta de un minuto, con todo decidido, pero con el Betis negándose a claudicar, la emoción se centró en saber si se batía el récord de triples en un partido, que
Oliver había logrado igualar con el 36 triple de la contienda. Obi metió el último, pero se lo dieron de dos para cerrar el marcador en 95-100. Partidazo.
95 - Real Betis (23+22+24+26): Sipahi (7), Slaughter (24), Conger (3), Enechionyia (24), Izundu (6) -cinco inicial-, Oliver (5), Niang (-), Borg (6), Witthington (2) y Rivers (18).
100 - FC Barcelona (28+20+30+22): Higgins (24), Hanga (4), Mirotic (19), Smits (5), Tomic (9) -cinco inicial-, Oriola (7), Abrines (6), Delaney (16), Davies (2) y Kuric (8).
Árbitros: Hierrezuelo, Olivares y Martínez Fernández. Eliminaron por cinco personales al local Izundu (min. 37).
Incidencias: Partido de la octava jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio Municipal de Deportes San Pablo de Sevilla ante 5.410 espectadores.