El
Big Data, la
Inteligencia Artificial o el
Machine Learning se han convertido en los nuevos aliados de las secretarías técnicas, que no fichan un futbolista sin hacerle pasar por una serie de filtros que aclaren que, efectivamente, el criterio de los scouts es el correcto y que dicho jugador encaja con el perfil demandado por el técnico. Sirve para
ahorrar tiempo, minimizar errores y sacar conclusiones, principalmente.
Se trata, pues, de una ayuda, de una gran ayuda, y la considero importante hasta el punto de que yo mismo me he especializado, realizando un curso, en el asunto. Para aplicar los conocimientos adquiridos en el
análisis de partidos o jugadores, por una parte, o para
Analytics, la herramienta que proporciona información a los medios de comunicación sobre el tráfico en la web.
No obstante,
al haberse democratizado el dato, lo que va a volver a diferenciar a un director deportivo de otro es su capacidad para crear una estructura de trabajo, el criterio, el conocimiento de la vicisitudes del mercado
y el ojo clínico.
Sea un 70-30 % a la hora de tomar decisiones, como dice
Víctor Orta, sea 50-50 % o un 90-10 %,
el talento seguirá siendo clave y diferencial. Y
en eso Monchi -también- sobresale.
"Tiene toques de genio", dijo recientemente su otrora mano derecha. Y una de las cosas que el de San Fernando hace especialmente bien es la de
fichar buenos jugadores que atraviesan un mal momento y que, por ende, se han devaluado.
Después, es cuestión de darle cariño. Esto es, de
ayudarle en la adaptación, hacerle sentir importante, explicarle que el Sevilla FC lo es y que
suele ser además un equipo trampolín hacia los más poderosos, pues todo hijo de Dios quiere terminar jugando
en el Real Madrid o el FC Barcelona.
Esta jugada ya le ha salido bien a Monchi con
Luis Fabiano, depresivo en Oporto;
Julién Escudé, sentado en las gradas del Amsterdam Arena;
Nico Pareja, helado en Rusia;
Éver Banega, acusado en Valencia CF;
Adil Rami, amargado en Milán; o
Daniel Carriço, perdido en la Segunda inglesa. Quizás no tanto con
Marko Marin o Samir Nasri, pero es que en el fútbol dos más dos no son cuatro ni aplicando el Big Data y, en cualquier caso, llegaron cedidos, dejaron su impronta y fueron, en definitiva, profesionales de renombre que tuvieron el escudo del Sevilla en su pecho, que no es poco.
Y si la apuesta sale mal, como el caso de
Konoplyanka o Chicharito, tampoco pasa nada, pues siempre hay mercados, como los exóticos o el norteamericano, en el que sigue teniendo mucha salida este tipo de producto. Al ucraniano y al mexicano, de hecho, Castro
les sacó dinero.
Y, llegados hasta aquí, me pregunto:
¿y por qué no Mario Götze? Va a salir libre del Borussia Dortmund, su caché ha bajado mucho,
necesita relanzar su carrera -y su vida, pues sufrió incluso depresión en el Bayern, tras ser héroe en un Mundial-, la liga española
se adapta perfectamente a su fútbol,
Banega va a dejar libre el '10',
sólo tiene 27 años (cinco menos que Rakitic), se le sacaría
dinero de no cuajar y, de cuajar,
muchísimo más. Y aquí no hacen falta ni estadísticas ni ojo clínico. Quizás sí la clasificación para la Champions, pues Götze ha perdido peso (su valor de mercado actual es de 10,5 millones), pero no tanto.