Deseó suerte al Betis unas horas antes de la final. Como siempre. No es ninguna novedad. Lleva lanzando guiños y tendiendo puentes prácticamente desde que se marchó, no de la mejor manera, en el verano de 2017. Y deseando volver algo menos, pero bastante ya. Con Haro y Catalán, dolidos con él y su anterior agencia (Bahía Internacional) por forzar una venta al Madrid que terminó dejando 15 millones en la caja, la mitad que su coetáneo Fabián un año más tarde, está todo arreglado. A Cordón le gusta. A Pellegrini, un poco menos, pero no por nada, sino porque le encantan William Carvalho y Guido Rodríguez. De alinearse de una vez los astros, no sólo no se opondría, sino que el chileno le entregaría los galones que ya le dieron Velázquez y Mel (con Merino le costó algo más al principio).
Sólo falta ahora un encaje complicado que contente a todos. Además, su inoportuna y grave lesión durante los Juegos Olímpicos de Tokio, además de la de Sabaly, frustraron los planes en Heliópolis, donde pasaron de una realidad económica imposible de congeniar con su sueldo (unos 2,5 millones de euros netos, como el luso-angoleño, por ejemplo) y las pretensiones merengues (recuperar los 15 kilos invertidos) a cerrar una cesión con opción de compra por algo menos que, finalmente, se fue al limbo. Incluso, el presidente y Cordón admitían ya que "los caminos de Ceballos y el Betis volverán a cruzarse más pronto que tarde". Blanco y en botella, pero... Queda mucho fleco que recortar, entre otras cosas poque hay que hacer cuentas y verificar los ingresos previstos.
De meterse finalmente el conjunto heliopolitano en Champions sería mucho más fácil, claro, como pasa con su compañero Isco. Y hay que ver quién (o quiénes) protagonizará la gran venta del verano que viene, si no son dos, porque todas las miradas se dirigen al centro del campo. Depende del que salga, hará sitio o no a Ceballos, que encima entrará en su último año de contrato. La tentación de esperar hasta 2023 es fuerte, aunque al mediocentro le urge volver a sentirse importante. Y en casa. Demasiados condicionantes le están poniendo nervioso, pues no ve correspondencia a sus gestos hacia el Betis. Como reclama el incrédulo, Dani pidió una señal de que no estaba predicando en el desierto. Y todo hace indicar que ha llegado.
Las redes arden con uno de los muchos tuits que la cuenta oficial del Real Betis en Twitter está programando para recordar, mientras llega el partido del lunes 2 de mayo en Getafe, los detalles pendientes de la gran gesta copera. Entre ellos, el abrazo entre uno de los grandes ausentes de la celebración, Antonio Cordón, que prefirió mantener un perfil bajo. El director general deportivo, exultante, se funde con Víctor Ruiz bajo un texto con emoticonos que recuerda su famosa frase de que había venido a "un gigante dormido", corrigiéndole el CM verdiblanco, pues el gigante ha despertado. Encima, un aplauso, un ¡Up! en inglés y un dinosaurio, que muchos han vinculado con Ceballos, que siguió el hilo a un usuario que dobló una famosa canción con el lagarto bailarín con un mensaje que pedía la vuelta del utrerano. Demasiadas coincidencias.