Solamente
Nabil Fekir (3.165) acumula más minutos en partidos oficiales que
Guido Rodríguez (3.003), sin rival en el recuento exclusivo de la Europa League y tercero (se cuela ahí
Sergio Canales) teniendo en cuenta únicamente LaLiga, una muestra de la importancia capital en los planeas de
Manuel Pellegrini que ha alcanzado el de Sáenz Peña. Tras un aterrizaje
dubitativo pero con una explicación
razonable (venía de un largo parón en México, que había aprovechado para casarse; tuvo problemas musculares; y la competición se paró cuando empezaba a coger ritmo), el pivote fue convenciendo a propios y extraños con un
rendimiento siempre
notable, a veces incluso
sobresaliente.
Ya el verano pasado, parco de nuevo en movimientos rimbombantes por culpa de los efectos económicos de la pandemia, sonaron '
cantos de sirena' desde Londres, pues el
Arsenal apretaba en busca de un centrocampista de cierre de sus características, consumado el fiasco de
Thomas Partey, por el que pagaron un año antes 50 kilos, nada más y nada menos. Sin embargo, el Betis respiró
aliviado al comprobar que los 'gunners' se decidían por el joven (22)
Lokonga. Sea como fuere, la trascendencia aquí y la repercusión fuera del argentino, que cuenta encima con pasaporte comunitario por una ascendencia italiana ya ratificada, ha ido 'in crescendo'. Campeón de la
Copa América y con mayor peso si cabe en la
Albiceleste, los indicios apuntan a que volverá a tener
ofertas cuando se reabra la ventana estival.
Y en Heliópolis quieren estar
preparados. No en vano, iniciaron hace semanas los contactos con la agencia que representa a Guido con el fin de
ampliar la vinculación del canterano de River Plate, encontrando receptividad, aunque todavía ningún paso definitivo. Los rectores verdiblancos creen que, como ocurriera ya con
Canales, Fekir, Álex Moreno, Borja Iglesias, Rodri y el propio Pellegrini, más otras operaciones en ciernes como la de
Edgar (y
Bravo,
Guardado y quizás
Joaquín, aunque a un plazo más corto), blindar al '21' es una encomienda capital para el próximo proyecto y los venideros. Esquivar un caso como el de
William Carvalho, que ha explotado a año y medio del final de su contrato, es crucial en este caso por aquello de seguir teniendo la sartén negociadora por el mango.
Con el fin de tener fortaleza argumental en cualquiera de los sentidos, el Betis cruza los dedos para que no haya
contingencias de aquí a final de temporada que impidan a Guido Rodríguez disputar, al menos,
nueve de los diez encuentros que restan: nueve de LaLiga (contra
Osasuna, Cádiz, Real Sociedad, Elche, Getafe, Barcelona, Valencia, Granada y Real Madrid) y la
final de la Copa del Rey (contra el cuadro che, el 23 de abril en La Cartuja). Salvo expulsión, debe llegar administrativamente, porque únicamente ha visto una amarilla de su segundo ciclo y fue expulsado en una sola ocasión durante estas casi dos temporadas y media en España (la doble amarilla en el derbi liguero de la 21/22 en el Benito Villamarín), habiéndose ausentado otras tres veces en este periodo por acumulación.
Físicamente, es un
privilegiado. Aguanta bien el dolor y se ha recuperado con rapidez de pequeñas lesiones fibrilares, contusiones o esguinces. La última vez, de pésimo recuerdo para él, tras una fea entrada en Frankfurt, resistiendo hasta el final de la
prórroga para anotar involuntariamente en propia puerta el 1-1 definitivo para el
Eintracht. Este ejercicio fue sustituido antes del epílogo en seis ocasiones (en 41 encuentros, 36 de ellos como titular). Aunque ha vuelto a ir convocado por Scaloni, tendrá tiempo de sobra, junto a Pezzella, de llegar para el
Betis-Osasuna del próximo domingo 3 de abril (16:15 horas), pues acabará el
Ecuador-Argentina en la madrugada del miércoles anterior.
Paul está cumpliendo, pero Pellegrini está prefiriendo que rote William Carvalho. Y así seguirá.
La explicación radica en una
cláusula de su contrato, que en la planta noble del Benito Villamarín quieren tener atada y bien atada por si acaso. Y es que hay
sospechas fundadas de que el próximo verano habrá ofertas muy importantes (al menos, una desde la Serie A y, seguramente, alguna otra de la Premier League y la Bundesliga) por Guido, que presume ya de un valor de mercado (
25 millones de euros, según la web especializada 'Transfermarkt') ocho veces superior a lo que pagó de fijo el Betis por él y más de cuatro veces contando los bonus. El problema es que el acuerdo con el
Club América dejaba un
30% de sus derechos económicos en poder de los mexicanos, quienes, lógicamente, reclamarían esa casi tercera parte de lo recaudado.
No se llegará a la
cláusula de rescisión probablemente, si bien algunas fuentes tampoco consideran que
80 millones sea una barbaridad en caso de entrar en juego los actores adecuados. Por fortuna, la entidad heliopolitana se iba 'obligando' a adquirir
paquetes del 10% del pivote italo-argentino a sus anteriores dueños, al asequible precio de entonces (
3+3 fue el acuerdo con el club azulcrema), conforme el futbolista acumulara partidos de verdiblanco. Así,
cuando alcanzó los 75, su titularidad pasó a ser en un
80% bética, quedando sólo nueve encuentros (
lleva 91) para que se haga centenario y, así, conseguir un
90% de su pase. También de una hipotética compraventa. Por ello, Guido sólo puede faltar a una de las diez citas que quedan. El '
plan A' es que se quede, incluso más allá de 2024. Pero por si acaso.